La pandemia de Covid−19 y las medidas antiepidémicas decretadas en Bulgaria, que llevan ya un año formando parte del día a día de la nación, han tenido un impacto sumamente negativo en una serie de sectores. El repunte de algunos ramos durante el verano de 2020 fue muy efímero y casi no fue percibido por los ocupados en el sector del ocio, como los bares y clubes nocturnos, que funcionaron apenas cuatro meses. Una parte de los establecimientos gastronómicos consiguieron orientarse a formas de suministro de comida a domicilio, si bien las pérdidas fueron acentuadas también para ellos.
Pese a haberse ido reduciendo el número de los enfermos de coronavirus, todavía no está claro cuándo reabrirán los establecimientos, aunque lo hagan con aforo reducido. Esto ha movido a la Asociación de Establecimientos Gastronómicos a convocar para el 27 de enero una protesta nacional, con la esperanza de que los gobernantes atendieran sus reivindicaciones.
”Muchos ramos ya se encuentran allende el borde, y es la demora en el respaldo financiero la que ha acarreado esto −opina Vasil Velev, presidente de la Asociación del Capital Industrial de Bulgaria, en entrevista con Radio Nacional− . El dinero que los empresarios aún no han cobrado se ha gastado por adelantado. Las expectativas de los acreedores de recobrar el dinero sólo posponen el momento de declararse en quiebra los empresarios. De manera que la situación no es nada color de rosa. Quizás se deba considerar una apertura parcial, puesto que la inactividad prolongada, aunque cobrando una justa compensación, es perniciosa para la economía, el negocio y la gente”.
¿Qué está ocurriendo con las compensaciones?
Según datos facilitados por el Ministerio de Trabajo y Política Social, 40.000 trabajadores se encuentran ahora de vacaciones no retribuidas y han postulado a la ayuda financiera de 12 euros por día. Sin embargo, el pago de este dinero se retrasa por los engorrosos trámites burocráticos. Según Vasil Velev, siguen pendientes de pagar sumas que el Estado adeuda a los comerciantes golpeados ya por la primera ola del cierre en marzo y abril de 2020:
”La postergación continua de las compensaciones para estas compañías llevará en última instancia a que no haya a quién compensar. El que se estén conservando los puestos de trabajo con la medida 60/40 no es especialmente importante, porque estos puestos de trabajo desaparecerán con el cierre de las empresas. Otro tanto es válido para las nuevas medidas concernientes a apuntalar a negocios con instalaciones cerradas con el reembolso a sus empresarios de una parte de su facturación”.
Efectivamente, el riesgo de que el paro se pueda disparar no es nada exiguo. Sus dimensiones reales todavía caben en la esfera de las conjeturas.
”El año 2021 ha arrancado de forma bastante negativa −comenta a Radio Nacional Gueorgui Parvanov, miembro de la Asociación Búlgara de Contratación de Personal− . En la primera semana de enero han pasado a engrosar las filas de los desempleados 15.000 nuevo parados. La pérdida global de puestos de trabajo desde el comienzo de la pandemia hasta ahora roza la cifra de 150.000. Soy de la opinión de que se trata en realidad de unos 200.000, ya que hay muchos trabajadores y empleados en vacaciones no remuneradas que no están inscritos como parados en las oficinas de empleo. Lo que el Estado calcula es que los desempleados registrados representan un 7%, aproximadamente. Sin embargo, si se tomara en consideración el paro en el período anterior a la pandemia y se le sumaran estos nuevos 200.000 parados, la cifra resultante se vuelve bastante superior. Espero mucho que los restaurantes y los centros comerciales puedan reabrir ya en febrero”.
No obstante, según Parvanov, deberá pasar algún tiempo antes de que la gente pueda volver a visitar tranquila estos establecimientos. Por otra parte, es de suma importancia el que el Estado preste atención además a los jóvenes. La ausencia de contactos sociales efectivos al exterior, así como la imposibilidad para practicar deportes, hacen que se sientan cada vez más desesperados. La tasa de desempleo juvenil también es palpable, pero no persistirá por mucho tiempo puesto que los jóvenes propenden a reciclarse o buscar nuevas oportunidades para su desarrollo en el extranjero. Precisamente a esta fuga de capital humano nacional al extranjero hay que ponerle freno, estima Gueorgui Parvanov.
Versión en español por Mijail Mijailov
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