Sírni Zágovezni es una de las fiestas búlgaras más coloridas. Cae siempre en domingo, el día que precede a la Cuaresma.
Otrora, la semana anterior a la festividad todo era diversión y alegría: se montaban columpios, la gente hacía tertulias, se reunía alrededor de la mesa, que estaba colmada de una gran variedad de platos y postres a base de leche, queso, huevos, etc, ya que el canon de la iglesia todavía permite su consumo. Después de Mesni Zágovezni (Domingo de Sexagésima, una semana antes), que deja prohibido el consumo de carne,con Sírni Zágovezni llega la hora de excluir de la dieta también los productos lácteos y los huevos. Hasta la Pascua de Resurrección.
La costumbre también se llama Próshka, o sea Perdón, porque la cena va precedida de pedir y dar el perdón. Los más jóvenes piden perdón a los mayores, los recién desposados visitan a sus padrinos, los artesanos a los maestros que les enseñaron los entresijos del oficio. Quien pide perdón se inclina y besa la mano diciendo “Perdóname“ y la respuesta es “Estás perdonado (o perdonada)”. Según la región del país, la fórmula podría variar.
La idea es poner el inicio de un proceso de purificación física y espiritual, que se conseguiría a través del ayuno, después de obtener el perdón de los seres queridos y los allegados y tras haber dado uno mismo el perdón por los errores que cada persona haya cometido, voluntaria o involuntariamente.
Una gran parte de las familias búlgaras mantienen hasta hoy en día viva la tradición de pedir y obtener el perdón, tal y como lo han hecho durante siglos nuestros antepasados. Para más información sobre esta festividad, las creencias relacionadas con ella y también sobre una serie de costumbres búlgaras interesantes en este día como, por ejemplo, el lanzamiento de flechas ardientes, acceda al escrito titulado “Donde hay error también hay perdón” de la colección de Radio Bulgaria.
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