Hoy, 22 de marzo, comienza en Bulgaria el tercer cierre decretado desde comienzos de la pandemia. El letrero “Cerrado” vuelve a colgar en las puertas de centenares de negocios. ¿Cómo repercutirá ello a la Empresa nacional?
Según Adrián Nikolov, del Instituto de Economía de Mercado, el sector económico nacional, excepto algunos servicios específicos, ya está acostumbrado a funcionar en condiciones de cierre. Para las importantes empresas manufactureras, la implementación de un nuevo cierre carece de importancia después de haberse superado el estupor inicial en la pasada primavera, cuando se produjeron cierres de fronteras, incertidumbre en los envíos etc.
Ahora el foco está puesto en los hoteles y restaurantes y en los eventos culturales y deportivos. Los ingresos que estos ramos generan no son esenciales para el PIB del país. No obstante ello todo se encuentra entrelazado en un circuito común por el considerable número de puestos de trabajo y empleo para centenares de miles de personas:
”Todo depende de si en el período del nuevo cierre el Estado resolverá tener papel primordial en el control sobre la aplicación de las medidas o bien lo asignará a los municipios, ya que en este sentido venimos observando más bien unos indicios más bien mixtos, dice Adrián Nikolov, y recuerda: "Unas semanas atrás la posición del estado apuntaba a dejar a las regiones decidir, en función de la situación, qué hacer a nivel local. Ahora, escasas semanas después, se observa cómo el Estado todo lo toma en sus manos y hace un cierre global. Este intercambio de la pelota, del Estado al poder local y viceversa, genera incertidumbre y los empresarios ignoran qué y cuándo sucederá, y no saben a quién consultar”.
Según Atanás Dimitrov, vicepresidente de la Asociación de Hoteleros y Restauradores de Bulgaria, es un reto de mucho peso poder conservar la plantilla para que un día los hoteles y restaurantes reabran ofreciendo la calidad indispensable, familiar y pretendida por los clientes:
”Han sido de este tenor nuestras peticiones formuladas a las instituciones y al Estado, o sea compensar a los trabajadores. El comienzo fue muy vacilante, con las medidas „60/40” y „80/20”, prácticamente inaplicables para negocios cerrados, y así en el primer cierre nadie obtuvo nada, dice Dimitrov. Opina que estas medidas funcionan para un número limitado de actividades económicas que no están cerradas. "Los empleadores carecen de ingresos para poder abonar este 40%. Luego se asignó dinero del orden de 12 euros diarios, y desde enero del año en curso la gente comenzó a cobrar un 75% de sus sueldos. Hemos pactado asimismo cierta indemnización, del orden de un 20%, para que los empleadores cubran sus gastos. Probablemente un 30% de los trabajadores ha desistido de ejercer esta profesión y ahora, a consecuencia de este nuevo cierre, esperamos una escalada de la renuencia a invertir en un negocio en riesgo“.
Los gastos más cuantiosos de los restauradores y hoteleros se hacen en la observancia de las prescripciones y medidas sanitarias, ya que ellos son conscientes de que su negocio tiene que ver directamente con la salud de sus clientes.
Según Atanás Pekanov, economista del Instituto de Estudios Económicos de Austria (WIFO), el modelo búlgaro de gestión de la crisis es caótico y fue erróneo reabrir a comienzos de marzo estos establecimientos. Opina categórico que esto desembocará en pérdidas aún mayores para el sector de la restauración, ya que se gastó mucho dinero hace tres semanas para reabrir estos establecimientos. A su juicio la decisión correcta sería que el Gobierno no se atuviera a las peticiones del sector sino que se enfocará en las medidas compensatorias.
Tras decretarse el bloqueo de 10 días, que se extenderá hasta finales de marzo, el ministro de Economía, Lachezar Borisov ha manifestado respaldo pleno a la Empresa en las condiciones del enésimo cierre. Todas las medidas vigentes hasta el momento se mantienen operativas. La posición del ministro es que durante la crisis Bulgaria se comporta relativamente bien sobre el telón de fondo de los otros países y ello está siendo avalado por los economistas: ”Bulgaria abordó la crisis con indicadores económicos óptimos: un déficit muy bajo y una deuda ínfima, dice Adrian Nikolov, del Instituto de Economía de Mercado. En el contexto de toda la UE, Bulgaria siguen siendo uno de los países de óptimos indicadores fiscales, frente a países como Italia, España y Francia, que entraron en una crisis económica más acentuada y se encuentran fomentando con agresividad más intensa sus economías a través del Presupuesto. Ya pensaremos en la disciplina fiscal cuando concluya la actual situación. Lo que es más importante es pensar ahora en cómo se podrá rescatar el mayor número posible de actividades económicas”.
¿Qué va a suceder a corto plazo? Las expectativas de todos los analistas de una normalización de las economías se vinculan con la campaña de vacunación. Después de que se llegue a la cantidad indispensable de personas inmunizadas, se puede esperar que en la economía de Bulgaria también ejerzan su influencia los fondos previstos en el Plan de Recuperación de Europa.
Adaptado por Yoán Kolev
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: archivo
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