Hoy se cumplen 40 años desde el atentado contra el papa Juan Pablo II en la plaza San Pedro, de Roma. Fue acusado en haber colaborado en el atentado del 13 de mayo de 1981 el búlgaro Sergei Antonov, funcionario en la representación de la BGA Balcan en Roma. La noticia de “la pista búlgara” en el atentado recorrió al mundo fulminosamente. El 29 de marzo de 1986 el tribunal italiano absolvió a Antonov, mientras que Ali Agca purgó cadena perpetua. El 1 de abril de 1986 después de haber pasado 1222 días en una cárcel italiana, Antonov regresó a Sofía en estado físico y psíquico muy grave, fue diagnosticado con atrofia cerebral causada por las sustancias psicotrópicos que, a juicio de los médicos, le fueron aplicadas forzosamente en la cárcel. En mayo de 2002, durante su visita oficial a Bulgaria, en una reunión con el presidente Gueorgui Parvanov, el papa Juan Pablo II manifestaba: “Nunca he creído en la llamada “pista búlgara” en el intento de atentado contra mí, esto era una insinuación y una gran injusticia respecto al pueblo búlgaro”.