Un estudio europeo señala que cada búlgaro echa a la basura unos 94 kilogramos de comida al año, mientras que en la vecina Grecia esta cantidad es dos veces menor. A pesar del proverbio búlgaro que reza Nadie es mayor que el pan, es en Bulgaria donde se arroja a los contenedores  de basura la mayor cantidad de pan. Los mayores derrochadores de alimentos son las personas que viven solas, las familias con niños pequeños, los habitantes de las grandes ciudades y los jóvenes de hasta 25 años de edad, ha señalado a Radio Nacional de Bulgaria Stoilko Apostolov, de la Fundación Bioselena. Apostolov ha señalado que cuanto más barato es el producto menos remordimientos tenemos al echarlo a la basura. Por ejemplo, con facilidad echamos a la basura el pan industrial de unos 75 céntimos, mientras que estamos dispuestos a consumir durante una semana el pan hecho a mano, con precio de 1.50 euros. Apostolov señala que según la estrategia europea De la Granja a la Mesa, cada país miembro de la UE debe encontrar su mecanismo para reducir el despilfarro de los recursos naturales.