Olga Borísova es oriunda de la Región de Kyustendil, la ciudad en que el 28 de junio, día de su cumpleaños, tiene lugar una fiesta organizada por el Centro Comunitario y por colegas, amigos y aficionados a la música de la cantante.

“Nací a 4 kilómetros de Kyustendil, en la aldea de Zhilentsi. Nuestra casa ya no existe, me queda poca familia, pero es verdad que la tierra natal le da a uno fuerzas y calor. No quiero presumir, pero en Kiustendil soy muy amada como cantante y todos me conocen. En el concierto tomarán parte famosos cantantes e instrumentistas. Sé que será un magnífico evento”.

“Les voy a contar de uno de nuestros conciertos en Nueva York, en la gran sala del Centro Kennedy. A finales del concierto, las 5.000 personas que se encontraban en la sala se pusieron en pie, gritaban y nos aplaudían. Me sentía sumamente orgullosa por ser búlgara. El coro misterio de las voces búlgaras estaba integrado por intérpretes cuyo estilo era un modelo a seguir, como Yanka Rúpkina, Nadezhda Jvóyneva, Kalinka Válcheva, Pavlina Górcheva. No voy a enumerar a todas. Las salas se “hinchaban” por la fuerza de nuestras voces. Nos aplaudían, no nos permitían abandonar el podio. Tienen gran aportación al éxito de la música folclórica por el mundo los magníficos compositores que arreglan las canciones en estilo folclórico como Filip Kutev, Kíril Stéfanov y Krasimir Kiurkchíyski.

En aquellos años las cantantes no solían componer canciones, pero algunas sí lo hacían, y yo también. Una de mis canciones se llama El Maestro Manol, que grabé en Radio Nacional de Bulgaria, así como Es mediodía, hermano, una canción dedicada a la época de siega con la cual gané el primer premio en el concurso radial en Bratislava”.