El emprendedor Pencho Semov, un hombre brillante y de talento ingénito, fue un ejemplo de generosidad y amor por la patria, cualidades inherentes a un gran número de búlgaros acaudalados de la época inmediatamente después de la liberación del país del yugo otomano en 1878, que no escatimaban esfuerzos ni recursos “en aras de la patria y la estirpe”.
Pencho Semov nació en la aldea de Tsvyátkovtsi en 1873, pero su familia pronto se mudó a la ciudad de Gábrovo, en el centro de Bulgaria. Apenas había terminado estudios de cuarto grado cuando comenzó a acompañar a su padre, quien le enseñaba el oficio de mercader mientras viajaban juntos. Esto determinó el futuro desarrollo como industrial del joven.
En 1904 Pencho Semov se convirtió en accionista de una fábrica textil de lana de Gábrovo y, unos años más tarde fundó su propia factoría de tejidos con su padre y su hermano. A la sazón, Gábrovo se iba convirtiendo en un importante centro de textil, que por el gran número de fábricas y la calidad de su producción se ganó la fama de ser llamado “el Manchester búlgaro”.
El lema de Pencho Semov era “Caridad, trabajo y perseverancia”. Por su preocupación por sus trabajadores y empleados se le comparaba con Henry Ford, mientras que por su perspicacia comercial y espíritu emprendedor los periodistas le apodaban “el Rockefeller búlgaro”.
“Además de inteligencia, poseía paciencia, voluntad y tenacidad, coraje y audacia, sagacidad y fuerza”, decía de él Tódor Burmov, exprimer ministro de Bulgaria y paisano suyo.
Para conocer más sobre la vida y los logros de este distinguido personaje puede leer el escrito titulado “Pencho Semov, el “Rockefeller búlgaro" que nació pobre y no dejó de trabajar durante toda la vida” de la colección de Radio Bulgaria.
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