Gobierno estable o elecciones honestas en un futuro indefinido. Este dilema, surgido tras las elecciones parlamentarias anticipadas, encontrará muy pronto su solución. Mientras, el Prof. Bíser Gueorguíev, de la Universidad de Shumen, ciudad al noreste de Bulgaria, evoca los años posteriores a la liberación de Bulgaria del dominio otomano en 1878, rastreando cómo los gobiernos de breve mandato de aquellos años fueron ejerciendo su influencia en el plano social y económico de la vida de la nación.
“Hay varios momentos sustanciales en los que aparecen gobiernos de transición de mayorías inciertas y compuestos por multitud de partidos –dice este historiador en la emisora regional de Radio Nacional en Shumen–. Por lo general estos gabinetes suelen surgir en los años más críticos en el plano político de la evolución de la sociedad búlgara. Se trata de los tiempos en los que se produce algún cataclismo, crisis o cambio general. Es un ejemplo en este sentido el golpe de Estado del primer príncipe de Bulgaria, Alejandro I de Battenberg, quien el 27 de abril de 1881 disolvió la legítimamente electa Asamblea Nacional y derrocó al gobierno de los liberales. En Bulgaria no sólo se instauró un gobierno con participación rusa, sino que al frente del mismo se situó el general Casimiro Ehrnrooth, oficial finlandés y funcionario al servicio del Imperio Ruso. Aquel gabinete sólo estuvo en el poder escasos meses e ilustra los cambios bruscos en la sociedad búlgara”.
Fueron similares en el plano político también los gobiernos que se sucedieron tras la deposición forzosa, en 1886, del príncipe Alejandro I de Battenberg. Al frente de esos gobiernos se alternaron el metropolitano Clemente por el partido conservador y Petko Karavelov por el partido liberal. La estadística histórica pone de relieve que se trató de los gobiernos más efímeros del país. El primero existió formalmente tres días, del 9 al 12 de agosto de 1886, y el segundo tuvo una vida de cuatro días, del 12 al 16 de agosto de aquel mismo año.
La vida tan corta de los gabinetes no es, empero, la única curiosidad. Resulta que una parte de los nuevos ministros no consiguieron trasladarse a la capital para ocupar sus cargos, en tanto que otros no se enteraron del todo del honor que se les había deparado.
Es un ejemplo de brevedad de gestión en tiempos de crisis también el segundo gobierno de Tódor Ivanchov, nombrado en 1900 por decreto del príncipe Fernando y que sólo vivió algo menos de dos meses. El recién nombrado primer ministro gobernaría en nombre del partido liberal –pese a encontrarse éste presidido por Vasil Radoslavov– en lo que sería un intento del príncipe Fernando por escindir la organización política.
“En la época a la que hacemos referencia Bulgaria, haciendo extraordinarios esfuerzos y relevando a varios gobiernos transitorios, lograría pactar un crédito con el extranjero y sortear la quiebra, esa misma quiebra que varios años antes no consiguió esquivar Grecia –agrega el Prof. Bíser Gueorguíev–. La situación llegó a ser tan crítica que uno de los gabinetes ni siquiera pudo pagarles los sueldos a sus funcionarios. Los gobiernos transitorios, en su mayoría, provocan el estancamiento económico. Tales cataclismos ocurren precisamente en períodos históricos en los que las disensiones entre los diferentes políticos acarrean un retroceso económico muy grave. No obstante, no es obligatorio que se llegue a unas elecciones a ultranza, puesto que esto suele ser una decisión desatinada debido al gasto relativamente descontrolado de fondos por parte de individuos que no dependen de un Parlamento”.
“En duros momentos históricos, los partidos se olvidan de sus estrechas parcialidades políticas y se aúnan en torno a la idea suprema de la prosperidad de la nación –cuenta el historiador recordando la experiencia del pasado–. Así, tras el término de la Primera Guerra Mundial, organizaciones políticas de idearios distintos crearon dos gobiernos de coalición. El primero de ellos, de Alexándar Malinov, existió durante tres meses, inmediatamente después del final de la contienda, y el segundo, de Teodor Teodorov, se mantuvo en el poder casi un año y logró superar la situación más grave que afrontaba el país y en la cual la población llegó a no tener qué llevarse a la boca”.
Adaptado por Diana Tsankova en base a entrevista de Zdravka Rúseva, de la emisora regional de Radio Nacional de Bulgaria en Shumen
Versión en español por Mijail Mijailov
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