La semana en curso, la primera actriz búlgara nominada a un Globo de Oro y un Oscar, María Bakálova, ha recibido la insignia honorífica Embajadora del Destino Bulgaria de manos de la ministra interina de Turismo, Stela Báltova. El evento tuvo lugar pocos días después de que Bakálova se paseara por la alfombra roja del Festival de Cine de Cannes, donde presentó la película Women Do Cry (Las mujeres realmente lloran) del tándem de realizadoras búlgaras Mina Míleva y Vésela Kazákova.

El éxito internacional de la joven actriz de la ciudad meridional costera de Burgás con toda certeza puede ser definido de increíble, pero afortunadamente no es el único. En las últimas décadas, una serie de actores y directores de teatro búlgaros han logrado un importante éxito profesional allende las fronteras nacionales.

De hecho, ya en 1865, en la época del Renacimiento Nacional búlgaro (ss. XVIII a XIX), Dobri Voynikov, maestro de escuela, dramaturgo y periodista creó en Braila, Rumanía, una compañía de teatro de aficionados búlgara. Sin embargo, el gran auge se produjo después de los cambios democráticos en Bulgaria en 1989, cuando algunos de los mejores directores teatrales nacionales se establecieron de manera permanente y exitosa en el extranjero.

Un ejemplo en este sentido es Dimíter Gotscheff, quien ya en vida fue ubicado en la clasificación de los diez mejores directores de escena alemanes y recibió todos los premios teatrales más prestigiosos de Alemania. Después de su muerte el 20 de octubre de 2013, su obra fue elegida como “tema central” de las Reuniones Teatrales de Berlín, el evento teatral de mayor importancia de Alemania.

El compañero profesional de Dimíter Gotscheff en el escenario teatral alemán es el actor búlgaro de origen judío Samuél Finzi. Aunque a veces suele trabajar en películas búlgaras, Finzi es uno de los principales y más interesantes actores del escenario teatral germano.

El director de teatro Tedi Moskov también realiza puestas en escena exitosas en Alemania, mientras que el director Galín Stóev es el embajador teatral de Bulgaria en Francia. Desde enero de 2018 encabeza el Teatro Dramático Nacional de Tolosa, y en 2019 fue distinguido como Caballero de la Orden de las Artes y la Literatura por el gobierno galo.

No podría faltar en esta lista el nombre del mimo búlgaro Guerasim Dishlíev, alumno y ayudante del gran mimo francés Marcel Marceau y el primer y único búlgaro, por el momento, en el Circo del Sol.

Puede familiarizarse con otros éxitos teatrales búlgaros y los nombres que despliegan la percepción nacional fuera de las fronteras de Bulgaria a través del texto “Teatristas búlgaros en el escenario extranjero” de la colección de Radio Bulgaria.