Stefka Kostadínova, presidenta del Comité Olímpico Búlgaro, celebra hoy el cuarto de siglo desde el momento en que se alzó con una medalla de oro olímpica. Los acontecimientos ocurridos el 3 de agosto de 1996 ante las miradas de los 85 000 espectadores que colmaban las gradas del Centennial Olympic Stadium de Atlanta fueron unos de los más dramáticos y memorables en la historia del deporte búlgaro e internacional.

La recordista mundial en salto de altura partió rumbo a los Juegos de Atlanta de 1996, dándose perfecta cuenta de que se trataba de su última oportunidad para hacerse con un título olímpico. Iba como campeona absoluta, llegando a los EE.UU. tras haber superado en veinte ocasiones la altura de 205 centímetros, frente a todos los atletas de todos los tiempos que sólo lo habían hecho cinco veces. Pese a su supremacía, que había mantenido durante once años seguidos, Kostadínova se dio cuenta de que no lo tendría fácil, pero estaba dispuesta a absolutamente todo con tal de abrazar su sueño materializado.

Las pruebas clasificatorias transcurrieron fluidamente, consiguiendo Kostadínova el primer puesto sin haber cometido falta alguna. En la fase final, empero, la suerte le proporcionaría la enésima traba inesperada, encarnada en la atleta helena Niki Bakoyanni, quien hacía la prueba de su vida. Una vez más, al igual que lo que había pasado ocho años antes, cuando en los JJ. OO. de Seúl Stefka Kostadínova se había situado en el segundo puesto, la altura de 203 centímetros fue el Rubicón. Hasta la altura de 201 Stefka, Bakoyanni y la ucraniana Inga Babakova iban en paquete, y la búlgara y la ucraniana, infalibles, iban primeras. A la altura de 203 centímetros se produjo la eliminación de Babakova. Bakoyanni, en cambio, en su tercer intento, mejoró el récord griego. Stefka Kostadínova también superó la altura de 203 centímetros ya en el primer intento e iba aún primera. Subió el listón a la altura de 205 centímetros y la atleta griega tiraría la toalla, en tanto que la búlgara sobrevolaba con éxito el listón y ya nadie podía arrancarle el oro.

Nueve años después de protagonizar en Roma la plusmarca mundial en el salto de altura de 209 centímetros (no superada incluso hasta hoy), Stefka Kostadínova sumó a su impresionante palmarés de medallas la única distinción que todavía faltaba en él. Por la medalla de oro en los JJ. OO. de Atlanta, la atleta búlgara ha pasado a integrar el club de las celebridades mundiales, siendo una de las atletas más grandes de la historia del deporte.

Adaptado por Elena Karkalánova

Versión en español por Mijail Mijailov