Ha muerto en Reino Unido, a la edad de 92 años, Iván Stanchov, destacado diplomático búlgaro y ministro de Exteriores de Bulgaria en el período de 1994 a 1995. Siguiendo el ejemplo de su abuelo, Dimitar  Stanchov, embajador en Gran Bretaña (1908, 1922 -1924), ministro de Exteriores (1906) y primer ministro de Bulgaria (1907), Iván Stanchov también ha dejado una huella luminosa en la historia de Bulgaria como fervoroso patriota y personalidad pública.

En 1943 su familia emigró de Bulgaria por razones políticas, pero tras los cambios democráticos en este país Iván Stanchov regresó a la patria en 1990. Poco después fue  nombrado embajador en Gran Bretaña, primer embajador búlgaro en Irlanda, y después ministro de Exteriores y presidente  honorario del Consejo consultivo Nacional del Instituto Diplomático. Fue distinguido con multitud de galardones internacionales, tanto por su actividad diplomática como por el sinfín de iniciativas de beneficencia de las que fuera promotor. Es el único de nuestros contemporáneos cuyo nombre fue dado a una escuela aún en vida suya: la escuela búlgara “Iván Stanchov”, adscrita a la embajada de Bulgaria en Londres.

 “Iván Stanchov ha tenido  un desempeño  integral en aras de Bulgaria  , aportando con  gran ahínco  a la  edificación  y promoción de  su  nueva y democrática imagen”. Así lo ha resaltado Rumen Radev, presidente de Bulgaria, en  su  mensaje de condolencias a la familia, los colegas y los familiares del diplomñático búlgaro. "Hemos perdido a un búlgaro digno que llevaba en las telas de su corazñón el espíritu del Renacimiento búlgaro”, ha  enfatizado Radev.

 El Ministerio de Asuntos Exteriores de Bulgaria ha dirigido también su más sentido pésame a la familia y los parientes de Iván Stanchov. “Le recordaremos por su patriotismo y sus desvelos por el destino de Bulgaria, por su profesionalismo y su corazón y alma amplios”, se expresa en el mensaje de condolencias del Ministerio de Exteriores de Bulgaria. Contribuía con fervor al desarrollo de nuestro país desde los albores de la democracia. No paraba de  promover asimismo una actividad benéfica a través de su fundación “Casa de Carina”, para ayudar a niños con necesidades especiales y a sus familias. Su muerte es para nosotros una sentida pérdida”. ”Fue una personalidad extraordinaria, un patriota y un excelente caballero”, ha escrito Tanya Mijailova, directora del Instituto Diplomático. ”Gran hombre renacentista, una persona buena y un gran amigo que deja tras de sí una huella luminosa".

"Descansa en paz, amigo”.