Una casita, custodiada por apuestos centinelas en el bosque de Lósenets aparece ante los ojos del pasajero cuando el tranvía, superando la cuesta del terreno se detiene en esta parada. “Bienvenidos a la parada Víshneva” (en español, “de los guindos”) parece decir una voz invisible, susurrando historias de enamorados.
Posiblemente no haya ningún vecino de Sofía, que no hiciera al menos un viaje en tranvía por esa zona boscosa. Allá, como si estuviera trasladada de un mundo de hadas al crudo mundo moderno, se yergue una pequeña casita en esa parada del tranvía.
“Muchas leyendas y un halo romántico envuelven la parada Víshneva empezando por la historia de que se construyera para servir de un chalet cinegético para las cacerías del zar Boris III, que éste habría recibido como obsequió de su esposa −dice Rosina Tódorova, de la Compañía de Transporte Eléctrico de Sofía−. La casita tiene en su tejado tragaluces desde los que el zar disparaba a piezas de caza. Se rumorea asimismo que la hermana del zar solía citarse en la casita con un joven oficial del cuerpo de caballería. Sin embargo, la historia más verosímil es que la obra se hiciera en la época en que se procedió a alargar la vía del tranvía”.
La historia de este tramo de la línea del tranvía entre la Plaza del Periodista y el Seminario en el barrio capitalino de Lósenets resucita el recuerdo sobre los años 30 del siglo pasado cuando vecinos de este barrio enviaron una delegación al Ayuntamiento pidiendo que el tranvía llegara también a la zona de su residencia y que así o se quedarán desvinculados de la ciudad. Su petición fue atendida pero el alargamiento del trayecto del tranvía resultó un verdadero desafío no sólo por lo empinado del terreno sino también por la necesidad de que el trayecto cruzara sinuosamente el bosque de pinos en aquella zona. Desgraciadamente, de aquella vegetación conífera no quedó casi nada y numerosos ciudadanos indignados tildaron de una barbarie las obras.
En el año 1933 Jaralampi Oroshakov, a la sazón alcalde de Sofía, inauguró personalmente el nuevo tramo de la vía y la gente congregada acogió con gritos de “hurras” la llegada del tranvía. Luego todos a una enfilaron hacia la taberna Gorski Zar (el Rey del Bosque) para celebrar la nueva adquisición civilizadora.
Durante muchos años, el refugio (que es como se le llama a la casita en la parada Víshneva, según consta en documentos del Ayuntamiento) hace las veces de un cantón desde el cual se hace el mantenimiento del trecho que cruza por el bosque, y en su interior se guardan los áridos para la limpieza de la vía. En el año 2017 un voraz incendio redujo a cenizas los tejados y las terrazas, pero hoy la reparación del edificio, declarado monumento de la cultura, casi ha concluido. La Compañía de Transporte Eléctrico de Sofía tiene la intención de insuflarle nueva vida.
“Tenemos la idea de transformarlo en centro de información para visitas en el que exponer fotos de antaño, uniformes y otros objetos, como parte de un museo futuro −comenta Rosina Tódorova−. De esta manera vamos a evocar la historia del transporte público en Sofía, uno de los más veteranos en Europa, y esta historia se la contaremos a los niños. Cabe aclarar, a estas alturas, que en 2021 el transporte público de tranvías cumplió 120 años de existencia y los trolebuses, 80. Probablemente organicemos una ruta, llevando a los niños en un tranvía retro hasta la parada Víshneva ofreciéndoles luego en esa zona diversas actividades, Será algo parecido a lo que organizamos la vez anterior, cuando acondicionamos un taller de dibujos en los vagones del tranvía, del que salieron dibujos estupendos. Nos gustaría hacer de esto una tradición”.
La iniciativa se encuentra ya en una fase avanzada, sólo restan por cumplirse otros pocos trámites administrativos, asegura Rosina Tódorova y agrega: “Espero que tengamos la posibilidad de llevarlo a la práctica en la primavera de 2022 pese a la demora que ha causado la pandemia”.
Adaptado por Diana Tsankova
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: BGNES, photoarhiv-todorslavchev.com, Facebook / Sofia – Pics&Words – Elina Ninova, isofia.bg, archivo
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