La crisis desatada por la epidemia de Covid-19 ha ido ahondando las distinciones económicas entre la capital de Bulgaria y el resto de regiones del país. Esta es la conclusión del Instituto de Economía de Mercado en su estudio anual titulado ”Perfiles regionales: indicadores del desarrollo”. El documento somete a un análisis el desarrollo económico, social y demográfico de las regiones búlgaras. Resulta que una de las más afectadas es la del noroeste de Bulgaria siendo la misma también una de las más pobres en Europa.

La ciudad de Vidin, situada a orillas del río Danubio, descuella por sus indicadores más bajos en lo concerniente a los ingresos y la calidad de vida de la población, según el estudio:

“Dos son las causas de ello - expresa un oyente de Radio Vidin-. Primero, el Estado no hace inversiones suficientes en esta región, y segundo, las autoridades locales no promueven proyectos suficientes para mejorar la infraestructura y fomentar el desarrollo integral de la ciudad”.

Las malas características económicas acarrean multitud de problemas, uno de los cuales es el demográfico. A consecuencia de la elevada tasa de mortalidad y los numerosos habitantes que eligen irse de la ciudad, la población de Vidin continúa reduciéndose. Así, en sólo una década sus habitantes se redujeron en más de un 18% y esto quiere decir que ya falta una quinta parte de su población:

“La de Vidin es una de las regiones de población más duramente golpeada por la crisis - dice la economista Zornitsa Slávova-. La asistencia médica sufre y esto se puede explicar con la predominante población de personas de la tercera edad, en la que la mortalidad por Covid-19 es la más alta. A finales de 2020 el búlgaro perdió una media de tres meses de su esperanza de vida, básicamente a causa del coronavirus, mientras que para los habitantes de Vidin esta pérdida fue de 1 año y 2 meses. En el ámbito de la educación los resultados tampoco son buenos. Tras un prolongado período de estudio a distancia han bajado las notas en la cualificación exterior y en los exámenes de bachillerato de matemáticas y lengua búlgara”.

Montana y Vratsa, que son las dos otras capitales de provincia del noroeste de Bulgaria, también continúan formando parte de las regiones de mayor pobreza, aunque tienen sus peculiaridades. En Montana la actividad económica está marcado el mayor crecimiento a nivel nacional, acompañado, al mismo tiempo del incremento más acentuado del empleo y del paro. Por lo que se refiere a Vratsa hay que decir que el PIB per cápita se redujo en 2019-Los ingresos, sin embargo, no dejan de crecer y su aumento es superior a la media nacional.

Según el eurodiputado Radan Kanev, la indiferencia ante los problemas del noroeste de Bulgaria ha transformado esa región en una zona imposible para la inversión:

“La razón de ser de la financiación europea es equiparar la calidad de vida y las oportunidades para los jóvenes en las diferentes regiones - dice el eurodiputado-. En Bulgaria, sin embargo, estamos viendo lo contrario: las que menos fondos reciben son las regiones más pobres y más atrasadas y así las diferencias no dejan de aumentar, desembocando en la actual situación crítica en medio de la cual las perspectivas de la educación, del cuadro demográfico y del acceso a la asistencia médica convierten todo el noroeste de Bulgaria en una región muy ardua para la inversión. Es fácil decir que hay que atraer inversores pero¿ cómo se habrá de invertir al comprobar que el potencial humano allá comienza a agotarse?”.

El eurodiputado tilda de ”escandaloso” el hecho de que en el Plan de Recuperación y en el Presupuesto Público brillen por su ausencia fondos destinados a obras de construcción de un enlace ferroviario moderno entre las ciudades de Sofía, Vratsa, Montana y Vidin. No obstante, es más importante, a su juicio, invertir a largo plazo en la educación para que esto rinda frutos.

Mientras siga inexistente una descentralización capaz de encauzar recursos más cuantiosos a nivel local, los municipios continuarán estando impotentes, estima Kamelia Lozánova, presidenta de la Junta Directiva de la Agencia de Desarrollo Regional, cuyo centro empresarial está en Vidin. Dice ella:

“Nunca es tarde acometer alguna política tendente a restaurar una región determinada - dice-. Uno de los pasos útiles es construir un tramo de carretera de velocidad. Me extraña que no se nos considere merecedores de una autovía. Este tramo de velocidad insuflará algo de vida puesto que donde hay una carretera, hay negocios, hay economía. Es un paso pequeño que, sin embargo, ofrecerá a ciencia cierta un balón de oxígeno a los empresarios. Si se comienzan a dar pasos con el fin de crear pequeñas empresas innovadoras, ello alentaría a algunos jóvenes a regresar a la ciudad, y a los que ya están en ella, a no abandonarla”.

Adaptado por Diana Tsankova a base de entrevistas de la emisora regional de Radio Nacional en Vidin

Versión en español por Mijail Mijailov