“Con la salvación de casi 50 000 judíos búlgaros el pueblo búlgaro probó que la compasión, la tolerancia y respeto hacia la personalidad humana son intrínsecos para su idiosincrasia”. Con estas palabras el presidente de la Asamblea Nacional de Bulgaria, Nikola Minchev, ha recordado la acción de la salvación de los judíos búlgaros de la deportación durante la Segunda Guerra Mundial en el transcurso de un acto conmemorativo celebrado en la Universidad de Sofía durante el cual fue homenajeado el Día Conmemorativo Internacional de las Víctimas de Holocausto.

En su intervención el presidente de la Asamblea Nacional ha citado una parte de la carta de 43 diputados de la vigésima quinta Asamblea Nacional que se opusieron a la deportación: “El honor de Bulgaria y de su pueblo no son cuestión de un sentimiento, sino que conforman un elemento de su política, el honor es un capital político de más alto valor y por esto a nadie le es permitido despilfarrarlo sin una justificación que sea aprobada por todo el pueblo”.