La mayoría de los búlgaros suele poner en su mesa pascual un plato elaborado con carne de cordero. Sin embargo ¿podrá el mercado, también este año, ofrecerle este tipo de carne y a qué precio? El tema interesa por igual a los consumidores y a los criadores de ovino.

Según Simeón Karákolev, copresidente de la Asociación Nacional de Ovinocultores y Caprinocultores, los granjeros búlgaros podrán satisfacer la demanda del mercado. ”Es loable el que la mayoría de los corderos sean adquiridos directamente de las granjas de cría, porque el acortamiento de las cadenas de suministro redundan en una satisfacción para ambos bandos”, destaca Karákolev.

No se mantiene tan optimista Krasimir Burmov, quien cría en su granja 900 ovejas y tiene 500 corderos listos para vender:

“En Bulgaria no hay animales,dice él con contundencia. En los últimos años el Gobierno sólo hacía unas referencias vanas a prioridades, a subsidios a los ganaderos. Sin embargo, lo cierto es que, tras haber contado antaño con 11 y hasta 12 millones de ovejas, ahora nos hemos quedado con apenas medio millón. Esto quiere decir que, por más que nos esforcemos, nos costará muchísimo poder satisfacer la demanda en el mercado interno y que el déficit será suplido de algún país de fuera. Si comparamos la cifra de las ovejas con la de los habitantes de Bulgaria, el resultado será irrisorio, puesto que indicará que somos capaces de producir apenas 150 a 200 gramos de carne de cordero per cápita de la población”.

Un precio al 50% más alto, en el diapasón de 11 a 13 euros el kilo debería tener la carne de cordero en las tiendas para que los productores pudieran sobrevivir, estima Krasimir Burmov. El problema es que a comienzos de la campaña, en la que el mercado se orienta a los productores búlgaros, una de las grandes cadenas comerciales importa de Macedonia del Norte cantidades enormes de carne barata:

“La razón primera es que la carne de cordero es importada sin el pago de derechos arancelarios - explica Simeón Karákolev-. Además, en Macedonia del Norte se les da de comer a los ovinos harina de cuerpo - de animales incinerados-, que sustituyen los costosos piensos, mientras que en Bulgaria y en toda la UE este uso no está autorizado. Resulta que por unos beneficios de unos 100.000 euros que la cadena comercial obtendrá al hacer dumping de los precios, se arruinará el trabajo de miles de ganaderos. Por esto he sugerido el Ministerio de Agricultura a que subvencione directamente a esa cadena con esta cuantía para que se eviten de una vez por todas tales dramas. No hay que perder de vista tampoco que en proximidad a nuestro país se está librando una guerra y que se hacen referencias cada vez más frecuentes a una seguridad de los avituallamientos. Si obramos como hasta ahora en nuestra atención a la población esto será muy erróneo”.

Para tener seguridad en su elección de carne de cordero de calidad los consumidores deberán comprobar la existencia en la carne de un sello que acredita el matadero y el país respectivos. Si el sello es de color azul, el producto es de origen búlgaro, y si procede del extranjero, ostenta un sello rojo.

“La palabra que profiero es sello, y no un borrón en forma de mancha”, resalta Simeón Karákolev. Recuerda que también a la Agencia de Seguridad de los Alimentos de Bulgaria es el órgano de control cuyo compromiso es el de vigilar si se respetan los requisitos para la importación y la oferta de carne de cordero:

“A las personas que carecen de la posibilidad de trasladarse al campo o a alguna granja de cría de ovinos y, en las tiendas se ven ante el dilema de qué carne escoger les sugiero que no se deje seducir por una diferencia de 1,5 a 2 euros en el precio de la carne de cordero - dice Simeón Karakolev-. Que elijan la carne búlgara, ya que así apoyan la producción nacional. Y que no se olviden de que el sello azul es una garantía del origen búlgaro de la carne de cordero”.

Adaptado por Diana Tsankova a base de entrevistas de Veselina Milánova 

Versión en español por Mijail Mijailov

Fotos: archivo BGNES