El 21 de mayo la Iglesia Ortodoxa Búlgara celebra el día de los santos Constantino y Elena. Constantino fue el primer emperador romano reconocido oficialmente como cristiano. En el año 313, dos emperadores romanos, Licinio por Oriente, y Constantino, por Occidente, hicieron público el Edicto de Milán, con el que declaran la Doctrina Cristiana como igual a las demás religiones. Y con ello ponen fin a las persecuciones de los cristianos en todo el imperio. Según algunas fuentes, Constantino envió a Jerusalén a su madre Elena, una mujer muy devota que tenía ya 80 años, con la tarea de buscar y traer reliquias cristianas. Cuentan las leyendas que fue precisamente Elena la que indicó el lugar donde fueron halladas tres cruces, una de las cuales la misma en que fuera crucificado Jesucristo. Con recursos propios de la madre del emperador y según sus instrucciones, fueron construidas varias iglesias: en Belén, en еl Monte de los Olivos, en Jerusalén, etc.
En Bulgaria, decenas de templos celebran su fiesta patronal en este día. Algunos de ellos se conocen como lugar de culto ya desde la Baja Edad Media. En la región del monte Strandzha, en el sureste del país, con el icono de los dos santos en manos, los fieles suelen interpretar la peculiar danza de los nestinar, o sea bailadores sobre brasas ardientes. En las demás regiones del país existen otros ritos relacionados con el mismo día, 21 de mayo. En algunas aldeas, por ejemplo, cortan los brotes de las vides, en otras sacan ritualmente a los rebaños a pastar.
Hay también canciones folclóricas dedicadas a Constantino y Elena y cabe destacar entre ellas las de los pueblos de nestinar en el monte Strandzha, que cuentan historias relacionadas precisamente con el extraño baile ritual sobre brasas. Como “Ahí vienen los santos Constantino y Elena”, interpretada por Manol Mijailov, cuya letra habla de la visita que ambos santos les hicieron a dos ancianas, Nuna y Zlata, dos figuras reales del pueblo de Búlgari, danzarinas legendarias de aquella danza ritual. Se sientan, pues, los santos en la mesa, comen del pan que les ofrecen y se dan cita en el día de San Constantino, “cuando suenen la gaita y el tambor”.
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