Al menos 16 personas han muerto y 59 han resultado heridas en la ciudad de Kremenchuk después de que un ataque ruso con misiles impactara en un concurrido centro comercial. Según el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en el momento del ataque allí había más de un millar de civiles. Zelenski ha calificado el ataque como “uno de los actos terroristas más descarados de la historia europea”. “El Estado ruso se ha convertido en la organización terrorista más grande del mundo. El mundo entero debería saber que comprar o transportar petróleo ruso, mantener lazos con bancos rusos, o pagar impuestos al Estado ruso es dar dinero a los terroristas”, ha declarado el presidente ucraniano.

Ucrania ha reclamado convocar una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU a causa de los últimos ataques rusos. El portavoz del organismo mundial, Stephane Dujarric, ha tachado de “deplorable” el ataque en Kremenchuk, y el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha publicado en Twitter que el ataque ha sido “la última de una serie de atrocidades”. Según los líderes de los países del G 7, lo sucedido en Kremenchuk constituye  un “abominable crimen de guerra” por el que los responsables deben rendir cuentas. Por su parte, el representante adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitri Polianski, ha catalogado lo ocurrido como “una nueva provocación ucraniana al estilo de Bucha”, resaltando que “hay demasiadas contradicciones que se notan”.

Al menos ocho personas han muerto y 21 han resultado heridas en un ataque con misiles rusos a Lisichansk, según ha informado el gobernador de la región de Lugansk, Serhiy Gaidai. El gobernador de Járkov reporta al menos cuatro muertes de civiles por los bombardeos rusos, mientras que los heridos se elevan a 19.