“Cuando uno ve la Tierra desde el espacio esto cambia su actitud hacia el planeta y hacia la humanidad”, exclamó Jeff Bezos, el fundador de la plataforma Amazon quien a través de las enormes ventanas de la capsula que lo elevó a 100 kilómetros de altura, tuvo la posibilidad de observar a la Tierra prometiendo convertir la próxima generación de soñadores en astronautas. Es verdad que el turismo espacial va cobrando velocidad si bien es un placer de corta duración para los millonarios. Con el perfeccionamiento de las tecnologías y aumentando la duración de los vuelos, sin embargo, cobrará actualidad asimismo el tema de la seguridad de los aventureros que se animan a emprender un viaje espacial.
Un robot que presta asistencia médica a los turistas espaciales fue ideado por los alumnos de la Escuela Naval Superior y la Universidad de Medicina de la ciudad de Varna y tiene todas las posibilidades de ser materializado. Recientemente un equipo de jóvenes inventores búlgaros formó parte de los vencedores del prestigioso concurso The Student Aerospace Challenge, de la Agencia Espacial Europea, compitiendo con más de 100 proyectos de las universidades más renombradas de todo el continente.
Los universitarios búlgaros tenían que crear un sistema modular de un robot que se responsabilice de la asistencia médica de la tripulación durante el vuelo.
“Diseñamos un robot modular basado en la inteligencia artificial que cumple de manera automática las manipulaciones más frecuentes y que puede sustituir al personal médico en la cabina del avión espacial”, explica Antón Atanasov, universitario del primer curso en la especialidad de Seguridad Cibernética, en la Escuela Naval Superior. El proyecto diseñado por el equipo formado en 2021 es aplicable para vuelos suborbitales de no más de 90 minutos de duración y con hasta seis tripulantes a bordo.
El doctor espacial será instruido para practicar distintas manipulaciones:
“Por ejemplo, masaje cardiaco e intubación con la ayuda de un tubo flexible, cuenta Anton Atanasov. A los turistas se les aplicarán pegatinas con pequeños aparatos que indicarán el estado del organismo mediante sensores que medirán la temperatura corporal, el ritmo cardiaco, el nivel de la glucosa en la sangre y los principales indicadores vitales, y los transmitirán al intelecto artificial que valorará el estado de los turistas espaciales. Si hace falta una manipulación el robot podrá encontrar una vena e inyectar los respectivos medicamentos al tripulante”.
Los universitarios creen que la automatización de los servicios médicos durante el vuelo podrá salvar vidas humanas. Ya se han hecho pruebas a nivel internacional en las cuales participó incluso una persona de 80 años de edad. La Dra. Veselka Radeva, directora del planetario con observatorio naval en la Escuela Naval Superior y del club de universitario, apoya los intereses de los jóvenes inventores en el ámbito de la medicina espacial relacionados con el monitoreo del estado de los turistas y de la tripulación a bordo de los aviones espaciales.
“Cosechamos un gran éxito porque en este concurso tradicionalmente toman parte universitarios que participan en programas de maestría y doctorandos, explica ella. Los universitarios de nuestro equipo eran del primero, segundo tercero y cuarto curso pero tenían una excelente preparación, estaban muy motivados y poseían amplios conocimientos en la materia. De todos los cien proyectos solo diez fueron presentados durante la conferencia de clausura ante las más importantes agencias espaciales de Europa y ante las empresas que operan en el campo del transporte aéreo. El proyecto búlgaro fue aprobado por el jurado y según los comentarios, contiene en sí las ideas de otros cinco proyectos”.
En palabras de la Dra. Veselka Radeva, el turismo espacial prevé que los viajeros tengan de 10 a 80 años de edad. Al encontrarse por primera vez en estado de ingravidez pueden reaccionar de distinta manera y necesitarán asistencia médica.
“El robot creado por los jóvenes cumplirá sus funciones de manera perfecta, prestará primeros auxilios y podrá reanimar a un turista espacial”, termina diciendo la Dra. Veselka Radeva.
Mientras tanto Antón Atanasov no pone límites a sus sueños: “Si tengo esta posibilidad me gustaría visitar un sistema de seis planetas en una zona habitable. Sería muy interesante porque cada planeta tendría un aspecto diferente y distintas formas de vida”.
Por Diana Tsankova
Versión al español de Hristina Táseva
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