Soulfia es un grupo musical insólito, un proyecto abierto de músicos itinerantes al cual puede sumarse cada uno e cualquier momento. Fue creado hace cuatro años por unos cuantos entusiastas pero con el tiempo fue creciendo y atrajo a cientos de correligionarios.
La música de Soulfia es una mezcla entre folclore búlgaro con vibraciones de los Balcanes y del Oriente Próximo. Sus integrantes no leen notas, confían en su oído e improvisan sobre distintos motivos folclóricos, no solo de Bulgaria, sino de Macedonia del Norte, Grecia, Turquía, Siria, Irán.
“Viajamos por el mundo con nuestros instrumentos musicales y esto significa que casi cada día tocamos en alguna parte. Allí donde vamos, nos inspiramos en la cultura local, las personas y su modo de vida, tratando de enriquecernos de su folclore”, dice Tsvetelin Petrov, uno de los integrantes de Soulfia.
El afán de libertad y desarrollo espiritual llevó a los músicos a la India y Nepal. Se sumaron a sus improvisaciones intérpretes de las comunidades locales, creando una curiosa fusión de ritmos y vibraciones etno. Las grabaciones que han hecho en vivo se suben en el canal en Youtube y en su página en Facebook.
“Hasta el momento han tocado con nosotros cientos de músicos de muchos países durante nuestros viajes o cuando están de visita a Bulgaria, cuenta Tsvetelin para Radio Bulgaria. Hemos actuado con distintos conjuntos. Hemos tocado un total de 16 personas en el escenario. Nuestro grupo se convirtió en un movimiento y ya pueden ver muchas personas en Bulgaria que interpretan libremente folclore búlgaro.
Las canciones se aprenden como se hacía hace tiempo, en la plaza, mientras tocaba la orquesta del pueblo y cada uno puede participar. No hace falta que sea un músico profesional. La melodía se aprende en el momento, escuchándola.
Soulfia no es solo un proyecto musical. Los entusiastas construyen casas ecológicas en regiones montañosas o boscosas. Para este fin utilizan materiales naturales como piedra, madera o acero. Porque, a juicio de Tsvetelin, cuando las personas construyen algo y esto es del provecho de toda la sociedad, “se hacen coparticipes y se sienten en casa”.
Además de tocar y construir, los participantes en Soulfia pintan bordados típicos búlgaros. Es suya la composición de bordados búlgaros dibujados sobre las paredes de algunos edificios capitalinos. Y no solo allí.
“Las pinturas sobre las fachadas de las casas siempre han existido en el folclore búlgaro. No se trata solo de algo bello, sino de un apoyo espiritual para el recinto. Como saben en los trajes típicos e incluso sobre las vasijas de los búlgaros siempre se han aplicado ornamentos. Nuestros ancestros creían que los ornamentos protegen el desarrollo espiritual de las personas que las utilizaban. Por esto decidimos pintar bordados búlgaros sobre las fachadas.
Lo último que hemos hecho es una acción vinculada con el tren de vía estrecha entre las ciudades de Septemvri y Dobrinishte. En algunas de las estaciones por el tramo del tren construimos instalaciones especiales con bordados búlgaros”, cuenta Tsvetelin Petrov y agrega que el mensaje de Soulfia es incentivar a los jóvenes a autoexpresarse mediante la música o la pintura, salir de las ciudades, viajar y buscar el camino hacia el desarrollo sostenible y la libertad”.
Versión al español de Hristina Táseva
Fotos: Soulfia
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