¿Qué puede motivar a dos franceses de París a visitar Sofía en otoño, excepto la invitación de unos amigos? Jules y Arthur sustituyen la capital francesa por la de Bulgaria por unos días para disfrutar del buen tiempo y trasladarse a un mundo más tranquilo y amigable. Dicen que éste les recuerda los relatos de sus padres sobre los años 80 en Francia. Ambos tienen 27 años y trabajan, pero consiguen tomar unos días de vacaciones para conocer Bulgaria. Les encanta descubrir culturas diferentes, se interesan por la historia, la arquitectura y el estilo de vida de los países que visitan.
Ya es la cuarta vez que Jules viene a Bulgaria, invitado por su novia búlgara que lleva muchos años viviendo en París. Las primeras dos veces que visitó el país estuvo de vacaciones en la costa del Mar Negro, y su tercera visita fue en plena epidemia del coronavirus, a finales de febrero de 2022. Ahora está de nuevo en Bulgaria y aprovecha los cálidos días del otoño, muy apropiados oportunos para un paseo en la montaña:
"En este momento estamos disfrutando de la puesta del sol otoñal, una belleza de la cual disfruto por primera vez. Antes, aparte de la costa del Mar Negro, visité Plovdiv y varios centros SPA. Por supuesto, durante el verano hay muchísima gente y coches, pero los búlgaros son muy amables y simpáticos. Poco a poco voy descubriendo los lugares históricos y los monumentos arquitectónicos de épocas pasadas".
¿Qué es lo primero que impresiona a Jules en Bulgaria? ¿Ha descubierto algunos aspectos no tan agradables del modo de vida de los búlgaros?
"La hospitalidad y la naturalidad de la gente. Por otro lado, aquí uno tiene la oportunidad de comer platos deliciosos, sin importar dónde y a qué hora del día. Uno no se siente presionado por el tiempo. No puedo dar una valoración porque mis visitas a Bulgaria han sido cortas. En cuanto al medio ambiente, hay cierta diferencia con Francia, donde la gente se cuida más de la naturaleza. En cuanto a Sofía, la capital está limpia y ordenada. Uno encuentra el estilo moderno occidental, que contrasta con los viejos tranvías y coches obsoletos. Al mismo tiempo puede viajar en los nuevos vagones del metro, que aún no han llegado a París. De hecho, no se puede describir con palabras, uno debe verlo con sus propios ojos".
Cuando le contó a su amigo Arthur sobre Bulgaria, consiguió despertar su interés para visitar Bulgaria. Sin duda alguna, en los pocos días que pasó en el país, consiguió ver a Sofía y subir a la montaña Vitosha:
"Si tengo que hacer una comparación con Francia, me impresionó de una manera muy agradable el hecho de que el metro está mucho más limpio. Por otro lado, las montañas están muy cerca, a diferencia de París. En cuanto a la comida, se puede comer bastante bien aquí, las porciones son enormes. Tampoco falta la vida nocturna. Las tiendas de comestibles cierran temprano, pero la ciudad es más pequeña y no tan dinámica como París. Me recuerda a Burdeos, que es muy encantadora. Me encantaría conocer más la cultura, que es distinta de la francesa".
Al final de nuestro encuentro con Jules y Arthur, hablamos de la historia y la civilización más antigua de las tierras búlgaras. Ambos parecen intrigados cuando se enteran de que en Bulgaria pueden ver objetos relacionados con la cultura europea más antigua de hace 8.000 años. Prometen que en su próximo viaje visitarán a toda costa estos lugares no tan conocidos de Europa.
Versión al español de Borislav Todorov
Fotos: BGNES, Darina Grigorova
Cuenta la historia que en la aldea de Pchelarovo, acurrucada en medio de los declives de los Ródopes orientales, existían seculares bosques de robles y nogales en cuyos troncos se alojaban abejorros. La apicultura es un sustento secular de las personas,..
En cuanto a la diversidad de aves, Bulgaria ocupa uno de los primeros puestos en Europa y se encuentra entre los cinco principales destinos del llamado turismo ornitológico o birdwatching en el Viejo Continente, según se desprende de nuestra..
No hay habitante del pueblo de Velichka, en el noreste de Bulgaria, que no conozca los dos robles seculares que forman parte del patrimonio natural de la localidad. Los árboles pertenecen a la especie Quercus spp.. En 1990, se vallaron..