Antoaneta Saltova es una ex competidora de gimnasia rítmica del club deportivo "Trakia", de Plovdiv. Participó en campeonatos republicanos, más tarde se incorporó al equipo nacional búlgaro de gimnasia rítmica y en 1993, junto con el conjunto búlgaro, ganó una medalla de oro y dos de plata en los Campeonatos Europeos de Bucarest. Su carrera como gimnasta terminó cuando sólo tenía 17 años. Sin embargo, tras licenciarse en filología búlgara y francesa en la Universidad de Plovdiv, el viento la llevó a... Italia.
Hoy en día, Antoaneta vive en Sant'Angelo in Vado con su marido y sus dos hijos. Ahora lleva el nombre Vitale y trabaja como entrenadora de gimnasia en el club deportivo local. "Este año se han matriculado a entrenar conmigo 23 niños, tengo tres grupos de edad de diferentes niveles. Por supuesto, les enseño en conformidad con la escuela búlgara", dice Antoaneta, y añade que su trabajo le trae una gran satisfacción.
La entrenadora búlgara en Italia admite que echa de menos su patria, su familia y sus amigos. Y comparte:
"Echo de menos la cocina búlgara, por muy extraño que parezca. La cocina italiana es famosa en todo el mundo, pero yo no estoy acostumbrada a ella y cocino platos búlgaros. Por eso, cada vez que vuelvo de Bulgaria, traigo de la lútenitsa búlgara en la maleta", dice Antoaneta.
Sin embargo, el destino le dio otra sorpresa más. En 2019, recibió una invitación oficial del municipio de Murayama, en Japón, anfitrión del campamento de las gimnasitas búlgaras que tomaron parte en los Juegos Olímpicos.
"Me invitaron como consejera y como mediadora entre las dos culturas. Era la entrenadora del equipo local de gimnasia rítmica, recorría las escuelas y los guarderías infantiles para popularizar la cultura y el deporte búlgaros", recuerda Antoaneta. Pero con la llegada de la covid-19 y las restricciones sanitarias la vida en la ciudad se paralizó. Así nació el proyecto “Cooking with Antoaneta”, en español “Cocinar con Antoaneta”, que se hizo muy popular. "Quería mostrar a los japoneses lo que comemos los búlgaros, porque la cocina forma parte de nuestra identidad cultural. Hemos grabado vídeos para YouTube con 5 recetas de Bulgaria", cuenta Antoaneta:
"Preparé musaka, tarator, sopa de pollo, pimientos rellenos y katmi. No sé si se debía al contexto, al momento o a la covid, pero hubo un gran interés público en torno al proyecto. Los medios de comunicación empezaron a fotografiar cada receta que hacía y a difundir la iniciativa. Eso me agradó porque mi intención era precisamente popularizar lo búlgaro. Los japoneses organizaron un evento especial para comer sano y me invitaron a hacer sopa de pollo para 60 personas. Hice el espesante con yogur búlgaro y ellos señalaron que mi sopa era muy saludable", recuerda Antoaneta.
Vean cómo Antoineta Vitale prepara la sopa de pollo búlgara para el público japonés:
Luego el ayuntamiento le pidió que les enviara la receta de lútenitsa bulgara, que tuvo un éxito tan grande que incluso un productor local ha iniciado su producción industrial.
Debido al aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokio, Antoaneta se quedó en Murayama dos años enteros. En 2021 regresó a Italia. Admite que volvería al país del sol naciente para seguir popularizando la cultura y el deporte búlgaros, muy apreciados por el público japonés.
La receta de lútenitsa de Antoineta que causó furor en Japón:
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