La tradición

La fiesta comienza por la mañana, con ritos solemnes en todas las unidades de obstetricia y ginecología en los hospitales y en las clínicas búlgaras. Los médicos y las obstetras reparten una hogaza y hacen votos de un mayor número de bebés durante el año.

“La felicidad en la profesión es como lo salado y lo dulce, uno elige qué probar, porque se suceden los momentos de felicidad y las dificultades, pero nosotros nos centramos en los momentos felices y de este modo éstos van aumentando”, dice la obstetra Nadezhda Stamenova, del hospital Nadezhda, en el éter de Radio Sofía. Sus colegas dicen que es una especialista muy abnegada, que busca el enfoque moderno al ayudar a las futuras madres y a los recién nacidos. Ella dice que su profesión es única en su género: “No se trata solo de la asistencia médica. La obstetra está allí cuando nace la vida nueva y participa en la felicidad de las personas, por esta razón nuestra profesión es distinta de todas las demás”.

Con frecuencia vienen al hospital donde trabaja búlgaros que viven al otro lado del mundo pero que han decidido regresar para dar a luz en casa, en Bulgaria. “Para nosotros esto es un gran reconocimiento, agrega Nadezhda Stamenova, porque por muy pesimistas que seamos en Bulgaria los cuidados para las mujeres embarazadas y para los bebés están a un buen nivel en la mayoría de las unidades de obstetricia en el país”.

El 21 de enero es una fiesta también para el doctor Emil Abadzhiev, director de la unidad de obstetricia y ginecología en el Hospital de la ciudad de Targovishte. Lleva más de 30 años trabajando en su especialidad. El doctor Abadzhiev dice que lo más fascinante de su trabajo es ver cómo la mujer concibe el hecho de que ya es madre.

“Mis padres son médicos, mi padre es ginecólogo obstetra, mi madre estuvo al frente de la unidad de neonatología durante varios años y después se trasladó a la unidad de pediatría en nuestro hospital. No conozco otra vida al margen de las personas que se ocupan de esta profesión”. 

El doctor Emil Anadzhiev señala que es una persona de la cual se puede decir que dedica poco tiempo a su familia y pasa muchas horas en el puesto de trabajo. Sus periodos más largos de ausencia del trabajo son los fines de semana, cuando viaja por Bulgaria para conocer alguna de sus bellezas naturales. Está feliz por el hecho de que tiene una esposa que lo apoya y cuida de su familia: 

“La verdad es que las mujeres son las guardianas de la familia. Son las personas que la organizan, la unen y logran hacer que los demás se sientan de manera confortable. Me siento feliz porque mi esposa es así. ¿De dónde viene la energía que tengo? Siempre he creído que hay cosas que se deben cumplir y que en la profesión del médico no puede haber quejas del tipo “estoy cansado”. A veces se trata de minutos inapreciables y uno debe estar allí. He tenido la oportunidad de cambiar mi trabajo y trasladarme a un hospital más prestigioso, pero creo que eso no sería útil para mí. Siento que tengo un deber hacia el lugar donde he nacido y si puedo ayudar con algo a las personas aquí, puedo hacerlo practicando mi la profesión”.

Adaptado por Guergana Mancheva

Versión al español de Hristina Taseva

Fotos: BGNES, BNR, archivo personal, pixabay