En Siria, los supervivientes del devastador terremoto viven atemorizados, durmiendo al aire libre a temperaturas bajo cero y sin agua potable. En una entrevista para BNT, el doctor Mohamed Alibrahim, médico del Centro de Asistencia Médica de Emergencia de Sofía, cuenta desde Alepo cómo se propaga el cólera junto con el hambre, el miedo y la inseguridad que desgarran al país desde hace 12 años. Según él, el pueblo sirio se ha movilizado en estas duras condiciones para proporcionar alimentos y mantas a los afectados, pero hay escasez de médicos, enfermeras y paramédicos.

En tanto, un nuevo sismo de 5,1 en la escala de Richter sacudió anoche la provincia turca de Hatay, en el sureste del país, informó Aljazeera.

El epicentro estaba en el mar, a una profundidad de nueve kilómetros, a cinco kilómetros de la costa. Según información de la Agencia de Gestión de Emergencias del Gobierno de Turquía (AFAD), el 6 de febrero, Turquía fue sacudida por varios terremotos devastadores, seguidos de 1.891 réplicas. Según el jefe de la oficina europea de la OMS, Hans Kluge, los terremotos en Turquía y Siria son algunos de los peores desastres naturales que han azotado la región en un siglo. Según los últimos datos, las víctimas son más de 42.000 personas.

Los rescatistas siguen encontrando supervivientes entre los escombros, siendo los últimos dos hombres en la provincia de Hatay que pasaron 261 horas bajo las ruinas.