En la zona del pueblo de Prilep, cerca de Burgas, un camión atropelló a un niño de 6 años y poco después el conductor murió como resultado de una paliza que le dieron familiares de la víctima. La tragedia ocurrió alrededor de las 15.30 hora local del 28 de agosto, luego de que el niño saltara repentinamente a la carretera y el conductor no lograra reaccionar. Los investigadores comprobaron que no había distancia para detenerse y que el niño murió en el acto, y el conductor del camión, un hombre de 57 años, fue asesinado de forma especialmente cruel por los familiares del niño fallecido. Según el pasajero que viajaba con el conductor de 57 años, los familiares del niño atacaron y comenzaron a pelear, y el testigo logró escapar en un vehículo aleatorio e inmediatamente llamó al teléfono de emergencia 112. 

Durante la investigación, también se estableció que en el momento del accidente, tres familias romaníes del pueblo de Prilep y del pueblo cercano de Gradets celebraban una fiesta. Siete hombres de Gradets fueron detenidos por la muerte del conductor.

Lo ocurrido en Prilep volvió a poner en el orden del día cuestiones pendientes relacionadas con el papel de las autoridades judiciales, pero también con la infraestructura vial y el paso de vehículos pesados ​​por zonas pobladas.