Cada año, en la víspera del 15 de septiembre, surge la misma pregunta: ¿por qué las clases empiezan justo en esta fecha y no en otra? ¿Ha sido siempre así? Y, ¿cómo transcurría antes el proceso escolar? La respuesta la encontramos en los datos históricos acerca de las fechas de comienzo y final del año escolar en Bulgaria, tanto en la época anterior y posterior a la Liberación (año 1878), como de la época actual. Estos datos han sido obtenidos de informes, reglamentos, órdenes emitidas y otros documentos almacenados en el Museo Nacional de la Educación en la ciudad de Gábrovo.
"Nos remontamos a los tiempos del Renacimiento búlgaro, y las llamadas “escuelas de celda”. Estas eran escuelas de primaria con orientación religiosa donde los maestros eran monjes y sacerdotes - fueron creadas en el s. XVII y comienzos del s. XIX y proporcionaban, principalmente, una educación religiosa. Allí el comienzo del año escolar no estaba ligado a una fecha concreta.”, nos cuenta el historiador Veselín Lázarov, director del museo. “En algunas escuelas había clases solamente en invierno, y en otras, las clases se daban durante todo el año, sin que la escuela cerrase sus puertas más que para las festividades celebradas por la iglesia”.
Posteriormente, en las “escuelas conjuntas” (escuelas laicas de educación primaria del período del Renacimiento búlgaro donde los alumnos más avanzados enseñaban a sus compañeros), tampoco había una fecha exacta para el inicio y el fin del año escolar. La duración estaba determinada principalmente por el llamado "pacto de profesores", que solía tener una duración de seis meses: desde el día de San Demetrio (en búlgaro, “Dimítrovden”), el día 26 de octubre - hasta el día de San Jorge (en búlgaro, “Guerguióvden”), el 6 de mayo.
A partir de mediados del siglo XIX se inició la elaboración de leyes escolares para establecer un año escolar de duración más concreta. Este comenzaría a finales de agosto o principios de septiembre, y terminaría en junio. Teniendo en cuenta también que por aquel entonces había niños que trabajaban en el campo, y que para ellos las clases comenzarían 2 ó 3 meses más tarde que para el resto.
La cuestión de la duración del año se resolvería gradualmente en los años 70 de siglo XIX, durante las asambleas de profesores y diocesanos. En la Asamblea de Shumen de 1873, se redactó el "Estatuto de las escuelas rurales", según el cual el año escolar para los niños debería ser de 9 meses. Allí es donde se acuerda que sea obligatoria la educación primaria para todos los niños, y que el año escolar comience el día 15 de septiembre, el día siguiente al Día de la Cruz (en búlgaro, “Krástovden”).
“Después de la Liberación la tradición no fue interrumpida”, continúa Veselin Lazarov en la entrevista para Radio Bulgaria. “Los actos legislativos construyen, configuran y regulan gradualmente la organización escolar, tal como la conocemos hoy. En 1879, fue fijada la fecha del 1 de septiembre como inicio del año académico. Al año siguiente, se decidió que este duraría 10 meses en las ciudades, y entre 7 y 8 meses en los pueblos, debido a la participación de los niños en las actividades agrícolas. Este marco legal se mantuvo hasta 1885.”
En la época en la que Stoyan Omarchevski fue ministro de Educación, bajo el gobierno de la Unión Agraria Nacional de Bulgaria (BZNS, por sus siglas en búlgaro), entre 1920-1923, se llevaron a cabo una serie de reformas en la educación, incluida la organización del proceso educativo. El año escolar en las ciudades debía comenzar ahora el 15 de septiembre y debía finalizar el 12 de julio, terminando las escuelas rurales un mes antes, el 15 de junio. Durante la Primera Guerra Mundial se mantiene esta fecha para el final del año escolar, excepto en las ciudades donde los niños finalizarían las clases tres semanas antes.
"En 1952 hubo un cambio que estuvo relacionado con la duración del año escolar influenciado por el sistema educativo soviético: con fechas del 1 de septiembre al 30 de mayo. Fue entonces cuando se introdujo la escritura en cursiva con tinta violeta, los cuatrimestres escolares, el sistema de evaluación por escala de 5 puntos, etc. El modelo resultó inaplicable al sistema educativo búlgaro que tenía ya una tradición establecida”, explica Veselin Lazarov, “por lo que, desde 1957 hasta hoy, el inicio del año escolar sigue siendo el 15 de septiembre”.
En 2011, el entonces ministro de Educación, Serguéi Ignatov, hizo un intento fallido de restablecer la antigua fecha del 1 de septiembre. Y, en 2022, hubo otra propuesta más - la de comenzar el año escolar el 1 o el 7 de septiembre. Pero, a fin de cuentas, hoy los estudiantes volverán a cruzar el umbral de su escuela, una vez más, en el día de siempre: el 15 de septiembre. ¡Buena suerte a todos los alumnos!
Versión en español: Alena Markova
Fotos: Museo de la Educación de Gabrovo
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