A finales de la semana pasada, a varios sacerdotes de la Iglesia Rusa de la ciudad de Sofía se les pidió abandonar el país por representar una amenaza para la seguridad nacional. Se trata del archimandrita Vasián, el protojereo Eugenio y otro sacerdote del templo. El ministro de Defensa, Todor Tagarev, aclaró que los servicios de seguridad búlgaros disponen de información suficientemente convincente que señala que los tres sujetos han estado sirviendo a los intereses geopolíticos de Moscú.
En consecuencia, la embajada de Rusia anunció que la iglesia cesará su actividad y que su destino será decidido por la Iglesia ortodoxa de Rusia. Estos hechos han provocado la reacción de la sociedad en defensa al templo, así como una declaración especial del metropolitano Naum, según el cual “La Iglesia Rusa “San Nicolás de Myra” es propiedad del Estado búlgaro, no ha sido santificada por representantes de la iglesia rusa, y no puede ser cerrada ni por el Estado ruso, ni por ningún seguidor de la Iglesia ortodoxa de Rusia”.
Tampoco tardó en llegar la reacción por parte de la Iglesia ortodoxa de Bulgaria: con una prohibición del 25 de septiembre con la que Su Santidad, el Patriarca búlgaro Neófito, en potestad de metropolitano de Sofía a cuya eparquía pertenece el templo de “San Nicolás de Myra”, nombró personalmente a varios sacerdotes de Sofía como responsables de la manutención del templo, continuando con los servicios regulares.
El Santo Sínodo de la Iglesia ortodoxa búlgara aclaró en su postulado que “la actuación de Su Santidad está dictada por el cuidado a los fieles, la preservación del buen orden en la iglesia y debe ser considerado únicamente en su aspecto espiritual. Esta decisión no afectará la propiedad ni los derechos de nadie, garantizados por la ley”.
El Jefe de la Iglesia ortodoxa búlgara ha informado mediante una carta al patriarca de Moscú y de toda Rusia, Kirill, acerca de las medidas adoptadas.
“Lo que le ha ocurrido a la Iglesia rusa en Sofía es una consecuencia de la guerra que no sólo transcurre en el territorio de Ucrania, sino que es un conflicto global entre Occidente y Oriente”, comentó ante Radio Nacional de Bulgaria el profesor Ivo Hristov:
“Desafortunadamente, en tiempos de guerra todo acaba convirtiéndose en objetivo bélico. En la guerra todo es blanco o negro, y se actúa según el principio de “Cartago debe ser destruida”. En este caso, no importan en absoluto los matices, los medios tonos, la verdad o la mentira, lo importante es conseguir el objetivo a toda costa, sin hacer concesiones y sin ningún tipo de escrúpulos morales”.
En cuanto a la posición de Bulgaria dentro de este teatro político, Hristov es categórico: la clase política de Bulgaria no tiene agallas para defender su propia opinión.
Por su parte, el sociólogo Andrey Raichev considera que lo que está sucediendo forma parte de una larga disputa dentro de la propia Iglesia Ortodoxa:
“Se trata del Papa. En el foco de esta disputa están el Patriarca Ecuménico y el Patriarca Ruso: ¿debería la Iglesia Ortodoxa tener un acercamiento con la Iglesia Católica, tal como insiste el Patriarcado Ecuménico, o debería alejarse más, como insiste desde siempre la iglesia de Moscú? En este conflicto la Iglesia ortodoxa búlgara se mantiene del lado de Moscú. La Iglesia búlgara no se ha pronunciado en absoluto sobre este asunto. Y este incluye un pequeño detalle que nos concierne mucho: ¿es la Iglesia macedonia una Iglesia independiente o no? La postura de apoyo a Moscú afirma que la Iglesia búlgara es madre de la Iglesia macedonia. La otra postura es bastante menos precisa al respecto. La Iglesia rusa de Sofía ha estado contribuyendo a la postura pro-Moscú, lo cual no ha sentado bien a los macedonios, y por eso se refieren a los sacerdotes rusos como a espías”.
“Hay que tener en cuenta que nuestras oficinas envían informes a diario a los representantes de las tres autoridades del país: al presidente, al primer ministro y al presidente de la Asamblea Nacional. Esto significa que si hay algo escrito y esta información se ha descuidado, no debemos culpar a la Agencia estatal de seguridad nacional (DANS) ya que simplemente no es posible que 6 días después de la expulsión de Vasian Zmeev de Macedonia del Norte, la DANS pudiera recopilar tanta información que justifique su expulsión de Bulgaria”.
Según Blagoev, el Patriarcado ruso intentará ignorar el caso: “Tengo la desagradable sensación de que Vasian Zmeev puede regresar sobre un caballo blanco. Con un cambio de poder político puede haber un giro en la situación”, afirmó en una entrevista con BNR.
“No hay ningún problema en la iglesia. Hay una división de los fieles por razones políticas”, así lo resumió el Archimandrita Nikanor del Monasterio de Tsarnogor. En una entrevista con Radio Nacional de Bulgaria, él nos recordó:
“Todos los templos en el territorio de la ciudad de Sofía, están bajo la jurisdicción canónica del Patriarca búlgaro Neófito. Él es el único que puede nombrar sacerdotes administrativamente. Así son las cosas desde un punto de vista canónico. Sin embargo, los templos pueden pertenecer a la Iglesia ortodoxa de Bulgaria, y pueden ser departamentales o bien privados".
El archimandrita no se comprometió a predecir cuándo se volverían a abrir las puertas del templo.
Autor: Yoan Kolev (entrevistas de Veselina Milanova, Petar Volguin y Dobrinka Dobreva de BNR “Horizont”)
Versión en español: Alena Markova
Fotos: BGNES, Ani Petrova (BNR)
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