Las tropas israelíes siguen concentrándose cerca de la Franja de Gaza en espera de una ofensiva terrestre contra los militantes de Hamás. La guerra es aterradora y horrible a los ojos de los búlgaros que observan los acontecimientos desde la primera línea. "Israel ha enterrado a sus muertos y lucha en varios frentes. Hay una oleada de protestas y manifestaciones en todo el mundo. La sensación es que el conflicto está saliendo de su marco regional. Es preocupante", dice Teodora Asher, describiendo la situación ante la Radio Nacional de Bulgaria 9 días después del "mayor ataque terrorista en la historia de Israel". Ella misma visitó uno de los puntos de acceso a la Franja de Gaza, donde fue testigo de una imagen surrealista:
"Ya se han evacuado a aproximadamente 100 000 personas de los asentamientos cercanos a la Franja en la parte israelí. Por otro lado, hay más de 2 millones en el lado de Gaza, y también están siendo evacuados: se ha abierto un corredor humanitario para ellos, para que la población concentrada en la ciudad de Gaza y la parte norte de la Franja se retire hacia el sur, hasta el río Gaza. En el lado israelí, se ha evacuado a la población civil de las zonas que fueron directamente atacadas, incluyendo dos ciudades. Ahora ahí es una zona de guerra y está desolada y vacía -la tierra, el cielo y la quietud con los estruendos de fondo- la imagen es surrealista. Al norte, en un radio de 4 km, la zona ha sido declarada zona militar cerrada y no se puede acceder a ella; la población local pasa gran parte del tiempo en refugios antiaéreos. Por lo demás, lo que está ocurriendo en el territorio nacional de Israel es algo sin precedentes: toda esta nación está movilizada y es muy unida.
Otra mujer búlgara, la diseñadora gráfica Paloma Lantzman, también informa sobre una extraordinaria movilización de la sociedad civil en Israel:
"Las tiendas se vaciaron, no porque no hubiera suministros, sino porque todo el pueblo de Israel lo compró todo para enviárselo a los soldados y a la gente que iba al frente". La búlgara crió a su hija en Tel Aviv y no tiene planes de abandonar el país que está en guerra.
"Mi hija creció aquí, sirvió en el ejército y ahora somos parte de la vida en Israel. Lo único que me queda es mi gran amor por Bulgaria, que visito cada vez que puedo, pero ahora no es el momento; la gente se une en situaciones como esta." La Sra. Lantzman no mantiene una relación activa con la comunidad búlgara de Tel Aviv, pero sigue de cerca la información de la embajada búlgara allí, junto con otras fuentes oficiales de información; los medios de comunicación siempre están trabajando.
"El sistema de información aquí está bastante bien regulado y se puede obtener información de cualquier lugar. Los búlgaros con doble nacionalidad, que son muchos, no creo que piensen en volver. Más bien viajan a Bulgaria sólo turistas que no pueden quedarse. Creo que están organizados, al menos sé que anuncian los vuelos disponibles, brindan la oportunidad de comprar billetes para las diferentes compañías aéreas y proporcionan información similar en la página web de la embajada búlgara. No veo, francamente, pánico. Por supuesto, desde un punto de vista puramente psicológico, para un búlgaro que no conoce esta realidad, es un shock".
Las tensiones no han disminuido desde los primeros ataques de Hamás contra civiles israelíes, dice Paloma Lantzman, describiendo la vida bajo el fuego:
"Vivimos en un apartamento en una de las zonas de élite de la ciudad. Aunque no es la capital, Tel Aviv es en realidad la ciudad más grande, donde se concentra la mayor parte de la población. Tenemos habitaciones blindadas especiales construidas en los edificios, en las que podemos entrar sin tener que dar vueltas buscando un escondite general, como en las viviendas más antiguas. Es muy difícil porque psicológicamente es abrumador: te pones una aplicación en el teléfono para que te avise de cada lugar dónde hay un escondite. Es horrible", dice la búlgara.
La situación es especialmente traumática para los niños:
"¡Da miedo, da miedo! Creo que ése es el mayor trauma que suele dejar la guerra, porque son unas flores ensangrentadas que no pueden quitarse ese dolor y ese estrés de encima en toda la vida."
Entrevistas: Diana Doncheva, programa Horizonte
Versión al español de Borislav Todorov
Fotos: BTA y BGNES
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