“Desde hace un año llevamos diciendo que todos los beneficios de la derogación son para Lukoil y el régimen de Putin, y que el consumidor búlgaro no tiene ningún provecho”, ha comentado el diputado del GERB Delyan Dobrev la información en la prensa de una investigación iniciada por la CE para comprobar si la compañía rusa Lukoil ha aprovechado unos puntos débiles en las sanciones para ganar mil millones de euros para las necesidades militares del Kremlin. 

Dobrev ha informado que prepara una nueva propuesta para el inmediato cese de la derogación que será presentada en la Asamblea Nacional. La idea ha sido respaldada por el presidente del grupo parlamentario del Movimiento por Derechos y Libertades, Delyan Peevski cuyo nombre forma parte de la lista de prohibiciones Magnitski. “Creemos que el cese debe suceder de inmediato. Los partidos que no lo apoyan son partidos que apoyan a Putin”, ha señalado Peevski.