La Asociación Cultural Búlgara de Chipre lleva el nombre de un destacado revolucionario búlgaro, uno de los organizadores del Levantamiento de Abril. Se trata del héroe de Koprivshtitsa Atanas Shabanov. "Queríamos que nuestra asociación llevara el nombre de un revolucionario búlgaro, por eso publicamos un folleto con datos biográficos sobre la personalidad de este revolucionario búlgaro. Atanas Shabanov estaba exiliado en Chipre y aun así, nunca dejó de luchar por la libertad de Bulgaria", dice María Mavrudi, presidenta de la Asociación Cultural de los Búlgaros en Chipre, en una entrevista para Radio Bulgaria. Se trata de una organización relativamente joven que intenta ayudar a todos los búlgaros que llegan a la isla a proteger y valorar sus raíces búlgaras."
"Hasta ahora estamos teniendo éxito, y esto se debe sobre todo a nuestra escuela búlgara, que este año ha celebrado su 15º aniversario", dice María Mavrudi. El número de búlgaros en Chipre ronda ya los 35 000, además de muchos temporeros que van allí a trabajar durante el verano. La Asociación Cultural Búlgara "Atanas Shabanov" tiene su sede en la ciudad de Paralimni, situada en la frontera entre Chipre y Chipre del Norte. La escuela búlgara se llama "Narodni Buditeli" y recibe especial atención por parte de las autoridades locales, incluido el alcalde de Paralimni. Este año hay 103 niños matriculados, lo que es motivo de orgullo para el equipo directivo de la escuela.
"La escuela abarca desde 1º hasta 12º grado y las clases son los sábados y domingos. En ésta se estudia lengua búlgara, literatura, historia y geografía de Bulgaria", explica María Mavrudi. "Tenemos un grupo de baile llamado 'Belonogi' y actuamos en muchos festivales locales. Por cuarto año consecutivo, participaremos en el bazar navideño de la ciudad, y una de las veladas, el 15 de diciembre, está dedicada incluso a Bulgaria. Intentamos mostrar lo más búlgaro posible. A los chipriotas les parece muy interesante y nos reciben con alegría. Todos saben que en Bulgaria se hace buena rakia (aguardiente), pero lo que más les impresiona es la rakia caliente".
De hecho, la amistad y los cálidos sentimientos de los chipriotas hacia los búlgaros y Bulgaria tienen su propia historia. La cuenta nuevamente María Mavrudi, quien vive en la isla desde hace 30 años:
"Los lugareños miran con cariño, y algunos con nostalgia a Bulgaria, ya que todos recordamos las residencias chipriotas establecidas en Bulgaria después de 1974. En esa época, tuvo lugar la invasión turca de la isla de Chipre y muchos chipriotas vinieron a trabajar en Bulgaria. La mayoría de ellos se quedaron para estudiar en el país, completaron sus estudios superiores y luego se estableció la tradición de enviar también a sus hijos a estudiar a Bulgaria. Esto generó una corriente de estudiantes chipriotas que venían a Bulgaria y se graduaban en medicina, periodismo, arquitectura, ingeniería, entre otros. Después de 1989, hubo una gran oleada de búlgaros que fueron a trabajar a la isla; algunos regresaron, pero el número de aquellos que fundaron familias y se quedaron en Chipre no es pequeño".
En la actualidad, la Asociación Cultural Búlgara "Atanas Shabanov" de Chipre se ha fijado un objetivo ambicioso pero alcanzable: incluir obras de autores búlgaros en los planes de estudio de las escuelas públicas chipriotas. María Mavroudi cree que, con los esfuerzos conjuntos de embajadores, ministros y a través de la Unión de Escritores Búlgaros, este gran sueño se podrá hacer realidad.
"Los chipriotas son gente hospitalaria; siempre nos reciben con palabras cálidas y conservan su amor por los búlgaros y todo lo relacionado con nuestro país. Conocen nuestras montañas, nuestros monasterios y saben mucho de nuestra historia. Por eso, si la literatura búlgara entra en la educación y está disponible en las librerías, despertará aún más interés y será otro punto de conexión con Bulgaria. A mí me es muy cercana toda la obra de Yordan Yovkov. Creo que tenemos muchos puntos de contacto entre las dos naciones, por lo que un autor como Yovkov será comprendido en Chipre. Tenemos en común nuestra conexión con el trabajo y con la tierra, también las tradiciones cristianas ortodoxas, y a veces nuestro humor es el mismo, así que hay muchas cosas que nos conectan con Chipre".
Versión al español de Borislav Todorov
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