Por tercera vez consecutiva, y undécima en su historia, Bulgaria participará con pabellón propio en la Bienal de Arte de Venecia. Este año el evento se celebrará entre el 20 de abril y el 24 de noviembre en Italia, y el proyecto con el que será representada Bulgaria se titula “Los vecinos”.
“Lo que llama la atención en todos los proyectos que participan en el concurso, es el compromiso social y el comentario político, y el hecho de que el arte sea consciente de su importante función social, más que decorativa o propagandística. Un hecho que se corresponde directamente con el tema de la 60ª edición de la Bienal Internacional, elegido por el comisario Adriano Pedroza, "Stranieri Ovunque" (“Extranjeros en todas partes”)”. Así lo afirma Venelin Shurelov, presidente del jurado encargado de elegir el proyecto que representará Bulgaria, de entre 17 candidatos.
"Los vecinos" fue el proyecto elegido. Se trata de una exploración científica, visual e interactiva de la memoria de la violencia política que nos legó el pasado comunista. Es obra de Julian Shekhiryan, Krasimira Butseva y la prof. Lilia Topuzova. Este es uno de los temas más complejos y controvertidos para nuestra sociedad actual, dice convencido el prof. Venelin Shurelov:
"Este intento de “domesticar” el tema de la violencia política e institucionalizada, fue un enfoque clave y creo que fue eso lo que nos impresionó. La atención cuidadosa y sensible a la narrativa de las víctimas, de los testigos de estos sucesos traumáticos son impresionantes, siendo tan significativos y tan lejanos a la vez. También me gustaría destacar el papel de la tecnología en este proyecto, la cual ha resultado ser una elección muy interesante.
“"Los vecinos" es el fruto de casi 20 años de investigación y 8 años de colaboración entre los tres autores, quienes tienen una base muy sólida en el campo de la investigación y del trabajo científico. El proyecto ya fue expuesto en la Galería de Arte de la ciudad de Sofía a finales de 2022, así como en Toronto y Princeton, pero para el espacio expositivo de la Bienal de Venecia ha sido ampliado y adaptado especialmente a la Sala Tiziano del Centro Culturale Don Orione Artigianelli, que se encuentra cerca del puente de la Academia de Venecia. Todo el espacio será transformado en una verdadera “casa de la memoria” con sus diferentes estancias”, explica el comisario de “Los Vecinos”, Vasil Vladimirov:
"La primera estancia será el salón, el lugar más “público” de una casa, que estará dedicado a las personas que han vivido la represión política y que hablan abiertamente de ella. En esta parte los visitantes escucharán con toda claridad las entrevistas realizadas por nuestros autores, habrá proyecciones y diversos audios de los antiguos campos de concentración de Lovech y Belene".
"La segunda sala estará dedicada a las personas que recuerdan esta época pero que por diferentes motivos optan por guardar silencio, o por hablar de ese tiempo en términos vagos e indirectos. En este espacio los sonidos serán más tenues y abstractos".
"Así llegamos a la tercera sala, la cocina, donde todos los objetos que recuerdan a un entorno de cocina están pintados de blanco. Allí ya no hay discurso - todo se reduce a la abstracción. Esta sala estará dedicada a las personas que nunca tuvieron la oportunidad de hablar: los difuntos y los que no tienen recuerdos de aquella época. Habrá diferentes muebles y objetos cuyo movimiento se activará a través de mecanismos especiales, por algún gesto particular de los visitantes, lo cual formará parte de la experiencia personal del público al entrar en contacto con la historia".
El comisario nos explica también que la idea y la realización de “Los Vecinos” destaca precisamente por que invita al público a no ser espectadores pasivos, sino a recorrer esta realidad recreada, y ser testigos de primera mano de las experiencias de quienes fueron injustamente declarados extranjeros en su propio país. Y esto, según él, hace que este proyecto sea tan relevante en relación a lo que está ocurriendo actualmente en el mundo.
"El proyecto arroja luz sobre un capítulo oscuro de la historia búlgara pero también nos incita a reflexionar sobre cuestiones más amplias de la identidad, la pertenencia y las consecuencias de la represión política, la cual no se observa sólo en los regímenes comunistas". Durante el socialismo, Bulgaria participó solamente dos veces en la Bienal de Arte de Venecia. Otro dato curioso es que, por tercera vez consecutiva, nuestro país estará representado en el foro por la obra de artistas que viven y trabajan en el extranjero. Una obra “entre las fronteras de dos mundos”, en palabras de la prof. Lilia Topuzova, profesora de Historia en la Universidad de Toronto con una larga trayectoria de investigación sobre la relación entre violencia política, silencio y trauma.
Su contacto con el arte no es algo reciente. La profesora Topuzova es la guionista del documental "El problema de los mosquitos y otras historias", dirigido por Andrey Paunov, que fue galardonado internacionalmente, y fue incluido en la 46ª Semana Internacional de la Crítica del Festival de Cannes.
Por otro lado, su compañero en el proyecto, Julian Shekhiryan, reparte su tiempo entre Filadelfia (EE.UU.) y Sofía. Es doctor en historia del arte y la ciencia por la Universidad de Princeton. Y Krasimira Butseva, por su parte, vive en Londres y es profesora titular en el London College of Communication, perteneciente a la University of the Arts London. Durante los últimos siete años ella se ha dedicado a investigar y analizar el comunismo de Europa del Este.
Así pues, "Los vecinos" puede ser definida como una colaboración de artistas y académicos cuyo resultado trasciende la obra de arte tradicional.
"Creo que si todos nosotros, las personas que trabajamos en el ámbito científico, no logramos hacer llegar nuestra investigación a un público más amplio, entonces nuestra labor nunca podrá ser comprendida. Para mí, esta es la forma más natural de contar la historia y también de dar a otras personas la oportunidad de ser testigos de lo que sucedió. Cuando trabajas de cerca con un archivo que ha sido destruido deliberadamente, cuando te enfrentas al silencio, y tienes que encontrar medios alternativos para que ese silencio y ese dolor sean expresados, el arte resulta ser un medio alternativo sin igual. Así que, estoy muy contenta de que juntos podamos hacer esto en Venecia. Donde la historia se cuente no sólo en un marco histórico y científico, sino que además nuestro proyecto se convierta en un nuevo modelo para el arte, y un modelo para el trabajo científico. Y, tal vez, también en un nuevo modelo donde el público se convierta en parte activa de la narración".
"Nuestro proyecto permite volver la mirada al pasado pero reconsiderándolo”, añade la doctora Nadezhda Dzhakova ante Radio Bulgaria. “Ha sido creado por un equipo que no fue testigo directo de estos procesos y que los explora, por tanto, desde la distancia del tiempo. Por eso espero objetividad en su lectura de la historia. Lo importante en este proyecto es que trae esperanza".
El prof. Shurelov concluye rotundo nuestra entrevista:
"El presente es extremadamente controvertido. Muchos de los testigos vivos de la época a la que se refiere la obra muestran indiferencia ante la memoria y ante los fantasmas del pasado, y parecen repetir con facilidad los mismos "lapsus" históricos, que nos convierten de nuevo en víctimas. Apoyo firmemente la tesis creativa de los autores de que nuestro pasado político no es un recuerdo que palidece con el tiempo, sino un presente muy sensible y tangible. Las interpretaciones del pasado siempre serán polares y nosotros mismos, como sociedad, somos una muestra clara de esa polaridad. Vemos muchos puntos de confrontación que se activan precisamente cuando intentamos despertar un debate en torno a este tema. En mi opinión, cualquier conversación a este respecto es importante y nos llega con retraso… Ideológicamente es necesario que llevemos a cabo una “contraofensiva”, plantar cara a los fantasmas del pasado, y replantear esos puntos traumáticos de nuestra historia para evitar que se repitan"
...Quizás esto ocurra durante este verano veneciano, o quizás sigamos siendo unos extraños en nuestra propia historia nacional y mundial. Eso está por ver.
Autor: Vesela Krasteva
Versión en español: Alena Markova
Fotos: BTA
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