Durante más de 300 años, el reloj de la antigua torre de Peshtera despertaba a los habitantes de la ciudad de los Ródopes. Es la segunda torre relojera más antigua de Bulgaria y ya se ha convertido en uno de los símbolos de la ciudad. El año pasado, se restauró la "Sahata", como la llaman los lugareños, y se sustituyó el mecanismo del reloj por uno electrónico. Recientemente, la "Sahata" ha vuelto a alegrar a los habitantes de Peshtera varias veces al día con su agradable tañido. Hace muchos años, el reloj servía para regular la vida económica, marcando el comienzo y el final de la jornada laboral de los artesanos en los talleres y obradores. En ese entonces, las asociaciones de artesanos eran organizaciones muy serias, con estatutos estrictos, y todas debían abrir y cerrar a la misma hora para evitar la competencia.
Los documentos demuestran que la torre del reloj fue abandonada tras la Liberación y que el mecanismo fue robado. Posteriormente, en los años setenta del siglo pasado, se restauró. Durante muchos años, hasta su muerte, el abuelo Halil se encargaba del mantenimiento de la Sahata. Ahora su esposa de 88 años se dedica a esto, siempre manteniendo limpia la zona alrededor de la torre y protegiendo la "Sahata" de los vándalos.
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