En la tradición eclesiástica milenaria de Bulgaria, los feligreses siempre han recibido al nuevo sacerdote u obispo clamando “Digno”. De este modo ellos muestran su respeto, con la esperanza de que el nuevo clérigo guíe con sabiduría a los creyentes hacia la salvación espiritual. Lamentablemente no fue recibido así por la multitud frente al Santo Sínodo el nuevo metropolitano de Sliven Arsenio que fue elegido por la Iglesia Ortodoxa Búlgara sobre el telón de fondo del intenso descontento de los creyentes de la eparquía de Sliven y de sacerdotes y teólogos. En vísperas de la elección, y en el mismo día, creyentes de Plovdiv, Pleven, Stara Zagora, Yambol y Sofía dirigieron sus oraciones ante el edificio del Santo Sínodo para que los obispos se mostraran conscientes y acataran el canon.

En palabras del teólogo e historiador Gueorgui Todorov, redactor del Periódico eclesiástico durante largos años, tres de los metropolitanos que participaron en la elección Nikolay de Plovdiv, Jacobo de Dorostol y Cipriano de Stara Zagora, violaron algunas reglas apostólicas (11, 12, 32) y participaron en misas junto con sacerdotes-disidentes y perseguidores de cristianos ortodoxos, lo cual es una grave violación del canon de la Iglesia Ortodoxa. En este sentido ellos no tienen el derecho a participar en la elección de un metropolitano. Además, el propio obispo Arsenio participó en misas con un sacerdote expulsado de la iglesia ortodoxa rusa. 

“Todo este procedimiento es irregular”, ha destacado en entrevista para Radio Bulgaria Gueorgui Todorov. “Se trata de un precedente histórico en la historia de la iglesia ortodoxa. Nunca antes un obispo ha sido recibido con al grito de “Indigno”. Se trata de una señal muy fuerte de que nuestra paciencia se ha agotado ya que ha sido traspasada la línea roja del canon. 

Se viola la autocefalía de la iglesia ortodoxa, es decir su independencia de autoridades terrestres. Los servicios con Pyotr Eremeev y colocan a la Iglesia Ortodoxa Búlgara en una posición subordinada ante el Patriarca de Constantinopla de Fener, que tiene las pretensiones heréticas de ser autorizado como como “obispo ecuménico”. Se trata de una herejía descomunal, ya que el único obispo ecuménico es Jesucristo.

En palabras de Gueorgui Todorov, las personas que permiten esto se ponen del lado erróneo de la verdad que es Jesucristo. “Esto significa traicionarnos a nosotros mismos, traicionar todo lo sagrado en la historia búlgara, traicionar el futuro de Bulgaria y esto es el pecado más grave”, subraya el teólogo y agrega que todavía existe la esperanza de que la conciencia de los metropolitanos despierte durante la próxima elección del Patriarca: “Esperamos que nos ayuden a superar esta vergüenza histórica los santos búlgaros que no dejan de rezar por el pueblo búlgaro como san Juan de Rila, san Borís, los santos hermanos Cirilo y Metodio, san Clemente, san patriarca Eutimio... son centenares”. 

Cabe recordar que el Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Búlgara en una carta del 12 de junio de 2017 define la estructura del Patriarcado de Kiev como “una estructura autoproclamada y no canónica, que no tiene una actitud hacia la Ortodoxia canónica mundial y junto con los extremistas abusan del patrimonio sagrado de la fe con el cual se identifica todo el pueblo ucraniano”. Los abusos contra los ortodoxos en Ucrania son conocidos por el Consejo de Derechos Humanos adjunto a la ONU, la Oficina del Alto Comisionado de la ONU de Derechos Humanos donde ha sido creada una comisión especial que se ocupa de estos asuntos. Por esto los representantes de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana son concebidos por el mundo ortodoxo como perseguidores de los cristianos y todo tipo de oficios conjuntamente con ellos es inadmisible.  

Por esta razón, tanto los sacerdotes como los feligreses están categóricos que de esta manera se perjudica el honor de la Iglesia Ortodoxa Búlgara. Por esto se reunieron ante el Santo Sínodo para instar a los obispos a conservar la pureza de la Iglesia Ortodoxa Búlgara:

“Estoy aquí para echar luz sobre el teatro en que se ven obligados a participar nuestros metropolitanos y para defender la verdad canónica, dice Stoyan Atanasov de la aldea de Kurtovo Konare. Esto afecta nuestra iglesia, nuestro derecho canónico de existir como una iglesia independiente. Estas elecciones han sido previamente acordadas tal vez por motivos políticos o extrapolíticos. Prácticamente no toman en consideración la opinión del pueblo búlgaro y lo traicionan, igual que sucede con los sacerdotes. Cuando el alto clero se hunde, se hunden también quienes dependen de él. Después viene la escisión y las querellas. Estamos aquí para decir NO. No estamos de acuerdo con lo que pasa, restablezcan el orden canónico de la Iglesia Ortodoxa Búlgara”.

Anguelina Markova ha llegado sola a Sofía desde Pleven, con la bendición de su guía religioso, para expresar la postura de los feligreses de su eparquía.

 “La preocupación que estremece la iglesia ortodoxa y a todos los feligreses y a los sacerdotes está relacionada con la violación de muchas reglas canónicas. Vengo con la esperanza de que nuestra presencia pueda cambiar algo. No podemos permanecer pasivos ya que esto nos convertirá en cómplices. Como cristianos no podemos permitirnos apoyar al mal, no podemos traicionar con facilidad y sin recordar todo lo que nos han legado padres de la iglesia. Debemos aunar nuestros esfuerzos todos nosotros, los cristianos que creemos profundamente y sin dudar en Dios”. 

La elección del metropolitano de Sliven precede la del nuevo patriarca búlgaro que debe tener lugar el 30 de junio cuando se organizará una Unión eclesiástica para la elección del nuevo patriarca búlgaro. 

Fotos: Darina Grigorova, BTA, BGNES

Traducido y publicado por Hristina Táseva