Numerosos y a menudo contradictorios son los recuerdos de los participantes en aquel crucial 1876, que marcó el destino de Bulgaria. Pero las cartas y los documentos sobre el Levantamiento de Abril, el cual puso a la orden del día la cuestión de la liberación de Bulgaria, nos ofrecen una imagen más amplia de los acontecimientos, y van más allá de la versión de la historia que nos enseñaron en la escuela.
Un dato curioso, por ejemplo, es que tan sólo los billetes de viaje del primer grupo de chetnitsi - 40 personas que subieron al buque Radetsky en Giurgiu en aquel 16 de mayo de 1876, junto al poeta y revolucionario Hristo Botev - costaron 650 francos oro, según las memorias de Dimitar Gorov, recogidas por Zahari Stoyanov.
Esta cantidad era entonces capital suficiente para abrir una pequeña empresa. El billete de tercera clase de cada chetnik embarcado - costaba lo mismo que un fusil moderno. Eran 195 personas disfrazadas de jardineros que viajaban destino a Serbia. El dinero para sus armas, que tampoco eran baratas, procedía de la "Junta Humanitaria Búlgara", que estuvo funcionando en Bucarest entre agosto de 1875 hasta julio de 1876 y fue creada formalmente para recaudar fondos para el levantamiento en Bosnia-Herzegovina. Esta junta fue heredada por la "Sociedad Central Búlgara de Beneficencia".
Estas "ONG", como las llamaríamos hoy, estaban dirigidas formalmente por Kiryak Tsankov, miembro del Comité Central Revolucionario Búlgaro (BRCC) de Bucarest, cerrado por aquel entonces. Pero en realidad ambas organizaciones eran dirigidas por el diplomático ruso Vladimir Ionin, asentado en Valaquia como emisario de los "Comités Eslavos" rusos. Los “Comités Eslavos” desempeñaron un papel destacado en la política exterior rusa de cara a Serbia y Bulgaria sobre la Cuestión Oriental: Es decir, sobre cómo sería repartido el legado del Imperio Otomano en los Balcanes. Fueron fundados formalmente tras la derrota rusa en la Guerra de Crimea (1853-56), representando ante Europa una organización social distanciada del Estado ruso. Los Comités declararon que apoyarían la educación y la iglesia en Serbia y Bulgaria pero en realidad, bajo la autocracia rusa, éstos eran una herramienta que permitía a la diplomacia rusa llevar a cabo una propaganda híbrida y acciones armadas en los Balcanes. Más del 80% de la financiación de los comités procedía del presupuesto del Departamento de Estado ruso de Asia, por un lado, y del Ministerio del Interior ruso, por otro.
La pregunta es ¿por qué en 1875 los "Comités Eslavos" se negaron a proporcionar dinero y armas a Hristo Botev y al Comité Central Revolucionario Búlgaro (CCRB), dirigido por él para organizar el Levantamiento de Stara Zagora, y, sin embargo, meses más tarde sí apoyaron el Levantamiento de Abril?
Con el Levantamiento de Abril de 1876 la Cuestión Búlgara entró en el orden del día europeoLos Comités y sus afiliados en Valaquia controlaban la actividad del Comité de Giurgiu, que preparaba el Levanatmiento de Abril y que se disolvió a finales de 1875. A través de sus filiales, los “Comités Eslavos” se hicieron cargo de la coordinación de las tropas al otro lado del Danubio, que tenían que entrar en Bulgaria desde Valaquia y Serbia para apoyar el levantamiento contra el dominio otomano.
¿Qué fue lo que ocurrió? En 1875, Rusia y Austria-Hungría cooperaron activamente para que se diera el estallido del levantamiento en Bosnia-Herzegovina. Viena y San Petersburgo acordaron que el levantamiento sería la ocasión de celebrar una conferencia internacional para resolver la Cuestión Oriental. Al leer los apasionados artículos políticos de Hristo Botev publicados en la prensa revolucionaria, vemos cómo los activistas de la CCRB temían que Bulgaria dejara pasar el momento de levantarse y alzar la cuestión de su liberación. La CCRB decidió organizar el levantamiento. En agosto y septiembre de 1875 Botev fue a Kishinev y Odessa en busca de financiación y armas. Pero los "Comités Eslavos" y la emigración búlgara a Rusia controlada por ellos, le hicieron retornar con las manos vacías. En aquella época Rusia respetaba sus acuerdos con Austria-Hungría y no le interesaba que los búlgaros se sublevaran. Pero el levantamiento de Bosnia-Herzegovina fue apaciguado sin más resultados.
Respaldado por Gran Bretaña, el Imperio Otomano se negó a ser convocado a una conferencia que pudiera cambiar el status quo de las tierras balcánicas. Entonces frue cuando San Petersburgo sintió tener las manos desatadas y apostó por los búlgaros. Por diversas razones, Hristo Botev no participó en los trabajos del Comité de Giurgiu, pero se preparó para unirse a los batallones que cruzarían próximamente el Danubio. A finales de abril y principios de mayo de 1876, Botev viajó de nuevo a Kishinev y Odessa donde recibió esta vez una calurosa acogida y la financiación buscada.
Finalmente, el "Patronato Humanitario Búlgaro" acabaría uniendo al futuro batallón de Botev (Boteva Cheta) su grupo bien armado y financiado, ya preparado para avanzar en Bulgaria - el batallón de San George.
Los búlgaros han vivido en su historia momentos felices en los que sus intereses nacionales se han integrado con éxito en la gran política internacional y se han elevado por encima de las contradicciones de las grandes potencias. El más espectacular de estos éxitos es el del Levantamiento de Abril, llevado a cabo con el sacrificio de revolucionarios como Hristo Botev y de todos los participantes en la sublevación. Los acontecimientos de 1876 impulsarían la liberación búlgara y llevarían finalmente a la resurrección del Estado búlgaro.
Autor: Ivo Ivanov
Versión en español: Alena Markova
Fotos: Ivo Ivanov
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