Fatiga electoral, bajísima participación (poco más del 30%), personas jóvenes acudiendo a las urnas y una frágil y apenas perceptible esperanza de estabilidad y normalidad política. Así es como podemos describir el pasado domingo electoral para los búlgaros de todo el mundo. Radio Bulgaria se convirtió por sexta vez en los últimos tres años en compañera de nuestros compatriotas durante las elecciones, esta vez "2 en 1": a diputados en el Parlamento nacional y eurodiputados en el Parlamento Europeo. Una vez más los resultados nos hicieron sentirnos engañados.
"Hay una enorme apatía en la sociedad y yo personalmente ni siquiera veo el comienzo de algún cambio o al menos de una toma de conciencia de nuestro pueblo", afirma Ivo Radanov, licenciado en Ciencias Políticas en Bratislava, Eslovaquia.
"Estamos retrocediendo al punto de partida anterior a las protestas de 2020. Sin embargo, cuento con que los políticos, que fueron expulsados de sus posiciones firmes y ahora han vuelto a ellas, se han dado cuenta de que el pueblo tiene la palabra y ya existe una especie de sociedad civil, aunque la mayoría de la gente no participe en ella. Es hora de que los escándalos de corrupción se reduzcan al mínimo, porque el descontento está latente y el pueblo volverá a salir a las plazas para protestar".
Ayer, los ciudadanos de la Bulgaria europea sólo tuvieron que acudir a las urnas. Lo hicieron en varios lugares: en Bulgaria, Bélgica, Austria, Turquía, Polonia. Incluso hubo lugares en los que no faltaron las colas ante los colegios electorales. "Hay colas que son una buena señal. Votad por el futuro, no por el pasado", escribió el escritor Gueorgui Gospodinov en las redes sociales, jugando con los recuerdos de los búlgaros de los convulsos años de finales del siglo XX. Sin embargo, incluso hoy, las "tempestálidas" políticas para Bulgaria y Europa resultan ser un espejismo.
"El refugio del tiempo está dentro de nosotros. Solo en nosotros mismos podemos encontrarlo: en nosotros mismos y en nuestros propios valores, en nuestro pensamiento", dijo a Radio Bulgaria Krasimira Obretenova, quien emigró a los Países Bajos en 2018 para criar a su hija con discapacidad en condiciones normales. "No podemos seguir buscando apoyo en el pasado porque ni siquiera lo conocemos. Los búlgaros no conocemos nuestro pasado porque ha sido manipulado durante los 45 años y solo tenemos que aprender a pensar en el presente y en el futuro. A pensar no solo en nosotros mismos, sino en el mundo que nos rodea".
Un mundo que está cambiando con o sin nuestra voluntad. Con o sin nuestro voto.
"Hemos celebrado unas elecciones importantes para preservar el futuro democrático de Bulgaria y de la Unión Europea, los principios sociales de democracia y libertad por los que tanto hemos luchado", afirma Valentin Velichkov, ingeniero informático de Berlín.
“No solo en Bulgaria, sino en Europa se notan tendencias que yo como persona que vive en Europa occidental, espero que sean erradicadas”.
“Europa, UE, valores europeos. No hay otra posibilidad y no hay otro camino. El propio hecho de que casi 80 años no ha habido un conflicto militar en el territorio de Europa y que la UE ha creado posibilidades para un bienestar pacífico y común indica que este es el más exitoso modelo social, económico, político y geopolítico de existencia”, agrega Krasimira Obretenova.
Hoy este pilar de la democracia y la unidad en el Viejo Continente está amenazado. Lo han mostrado los resultados del voto de ayer al PE, que provocaron elecciones anticipadas en Francia. En Bulgaria se ha instalado el silencio por parte de políticos y ciudadanos. Está callada la esperanza de un futuro más lúcido y pacífico. La política es el arte del compromiso, de las negociaciones y tal vez allí está la clave hacia el futuro europeo de Bulgaria.
“Creo que el compromiso es algo inevitable en un Parlamento. Si no se llega a este compromiso ya conocemos el procedimiento, un gobierno interino y nuevas elecciones, y será así hasta que el Estado llegue a un callejón sin salida, opina el joven director Boris Slavchev de Italia. La falta de Parlamento y de una administración operante frenan el desarrollo del país y Bulgaria se rezaga de Europa. Veamos a los italianos. Ellos también tienen problemas, cambian sus Gobiernos, pero no organizan elecciones con tanta frecuencia”, dice Boris Slavchev.
“Ya tenemos una pizca de pesimismo. Al menos las elecciones actuales se parecen a las anteriores y por esta razón creo que tendremos una oportunidad más de votar muy pronto. Ojalá esté equivocado”, dice Iván Tsankov secretario de la asociación civil Los búlgaros en Argentina. Ojalá todo esto termine y tengamos un Gobierno estable”.
“Las personas que votan se desean éxito y suerte para Bulgaria. Ellos desean tranquilidad y trabajo. Son las cosas comunes que cada uno de nosotros desea para sí y para su patria. ¿Ya ahora adónde? Hacia una Europa mejor”, dice María Padeshka que se encontraba en Florencia durante la jornada electoral.
Europa somos nosotros, los ciudadanos. Entenderemos si nos hemos encaminado hacia nuestro mejor Yo después de Vox populi vox Dei. Radio Bulgaria agradece a cada uno de los locutores que hablaron con nosotros el 9 de junio y mediante cuyas opiniones logramos presentar la voz libre y democrática de Bulgaria. El tiempo dirá si ha sido fuerte y categórica, pero creemos que en ella radica el sentido de las palabras Patria y Esperanza.
Fotos: Pixabay, BTA, BGNESTraducido y publicado por Hristina Táseva
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