Todos los años, el sábado anterior a la gran fiesta cristiana de Pentecostés, la Iglesia celebra el segundo Día de los Difuntos del año, que el pueblo ha llamado Cheréshova Zadúshnitsa (Día de los Difuntos en el que se llevan cerezas a las tumbas) porque siempre coincide con la época de las cerezas.

En el calendario de la Iglesia ortodoxa búlgara, los Días de los Difuntos se celebran los sábados antes de Cuaresma, antes de Pentecostés y antes del Día de San Arcángel (8 de noviembre).

En todas las iglesias ortodoxas del país se celebra una liturgia fúnebre y una misa conmemorativa comunitaria, durante la cual los sacerdotes leen los nombres de los familiares fallecidos de los laicos presentes.

En este día, es costumbre que la gente visite las tumbas de sus seres queridos fallecidos para limpiarlas y decorarlas con flores. Luego, sobre la tierra, vierten agua y vino tinto en recuerdo del sacrificio de Cristo por nosotros y encienden una vela de la iglesia.

Es costumbre regalar trigo cocido, pan o pita, vino, cerezas y otros alimentos al mayor número posible de personas para recordar a los difuntos con un "¡Dios perdone!".

Los Días de los Difuntos, los fieles no se ocupan de las tareas domésticas y ofrecen sus oraciones y pensamientos por la salvación espiritual de los difuntos.