"Los dos días más importantes en nuestras vidas son el día en que nacemos y el día en que entendemos el porqué". Esta es una reflexión que se le atribuye al eminente escritor Mark Twain. Nuestra interlocutora de hoy en Radio Bulgaria sigue por el camino del amor que la lleva a otro país, y a otro continente. Su marido, medio zimbabuense, se licenció en periodismo en Bulgaria y juntos se fueron a Zimbabue para instalarse después en Sudáfrica. Fue allí donde, inesperadamente, la búlgara descubrió un talento que ni siquiera ella sospechaba que tenía, y en el que reconoció la misión de su vida.
Ella se llama Matina Genkova-Mpofu y es autora de 6 libros infantiles, escritos en inglés. Uno de ellos, titulado "Thingamagic" ("La cosa"), ha sido nominado a la mejor literatura sudafricana en la categoría de libros infantiles para 2021. En él, la autora habla de animales en peligro de extinción y destaca la idea de que, por diferentes que seamos todos, es mejor vivir en paz y amor. El libro ha sido traducido del inglés al zulú, y ha vuelto a ser nominado, esta vez a la mejor traducción. Pero, ¿cómo llega la escritura a la vida de Martina?
“Nunca pensé que comenzaría a escribir. En mi círculo más cercano, era mi marido quien se servía mejor de la palabra - y yo era la que se regía por la lógica y las matemáticas. Siempre se me dieron bien las matemáticas y fue una sorpresa tanto para mi como para él que yo comenzara de pronto a escribir”, comparte Martina con sinceridad.
La clave para destapar este talento resultó ser el amor de madre.
"Cuando nuestro hijo tenía unos 3 años (mi hijo empezó a hacer preguntas incluso antes de poder hablar del todo bien), pensé que debía estar preparada para explicarle por qué tiene un aspecto físico diferente al mío y al de su padre, puesto que procede de un matrimonio mixto. Me puse a buscar libros en bibliotecas, en librerías, y no encontraba ninguno que explicara nada al respecto. Entonces empezó a rondar una idea por mi cabeza: si no consigo encontrar un libro así, ¿por qué no intento escribirlo yo misma? Al principio no tenía ni idea de cómo empezar porque es muy difícil explicarle a un niño tan pequeño por qué su apariencia física es diferente a la de sus padres".
La inspiración llegó de repente, en una madrugada de San Valentín. Ahí nació el primer libro de Matina Genkova-Mpofu, con el título "Mamá, ¿por qué soy diferente?", que cuenta de forma accesible y entretenida por qué incluso los miembros de una misma familia pueden tener distintos colores de piel. La respuesta a esta pregunta es presentada a través de una de las bebidas favoritas de los niños: el cacao. “Es lo mismo que cuando disuelves el cacao en agua - entonces obtienes un líquido marrón. Si le añades leche, ¡se convierte en chocolate caliente! Mmm…”. “Pero el énfasis del libro no se centra tanto en las diferencias del color de la piel, sino en que el aspecto no es lo más importante, sino que tú quieras a tus padres y tus padres te quieran a ti. Que cada uno de nosotros es diferente y único. No hay otra persona igual a ti en el mundo”, explica Matina. "Mamá, ¿por qué soy diferente?" se convirtió en un nuevo comienzo para la propia autora. Este es un libro escrito con mucho amor, está cosechando éxitos y ya ha sido reeditado.
África conquista a Martina a la primera: su gente, su naturaleza, sus atardeceres…"Tienen unas puestas de sol increíbles. Puedes ver cómo se mueve el sol y verlo esconderse tras el horizonte en unos 15 minutos". La vida en África le enseña a concentrarse en las cosas realmente importantes en lugar de estar torturándose por trivialidades. La banal pregunta sobre el proceso de adaptación dentro de una cultura completamente diferente, Martina nos da una respuesta inesperada, formulada de forma sencilla y muy sabia:
"Yo, en general, me adapto fácilmente. Sí, claro que había diferencias muy grandes. Pero la gente piensa que esta es una cultura muy específica o muy diferente. Y, sin embargo, la mayoría de las culturas tienen muchísimo en común. Más de lo que pensamos".
Entre las cosas que más le impresionaron al principio, al pisar tierra africana, estaban los largos saludos de la gente local. Por ejemplo, a primera hora de la mañana. "Porque pueden durar más de media hora, dependiendo de cuánta gente haya. No es sólo un 'Buenos días'. Cada persona saluda a las demás con un 'Buenos días', luego les pregunta qué tal están, si han dormido bien, etc. Y así esto puede durar un buen rato. Y a mi me resultaba muy extraño", explica la búlgara.
Aunque lleva ya años viviendo en el extranjero, Matina no olvida Bulgaria y regresa para visitar a sus parientes siempre que puede. Y es que las comunicaciones modernas tienen la mágica capacidad de acortar las distancias. Ella pone mucho empeño en que su hijo, nacido en el extranjero, no pierda el contacto con sus raíces, y dice que el chico se desenvuelve bastante bien hablando en búlgaro. Además, en Sudáfrica hay una comunidad búlgara maravillosa y muy activa, unida por el club búlgaro local. Los compatriotas búlgaros se reúnen allí regularmente para ponerse al día, para mantener las tradiciones, y hablar en búlgaro, mientras sus hijos están en clase, en la escuela dominical búlgara "Slancho" (“Solecito”). Allí también pueden tomar prestados libros infantiles para leer en casa.
"En mi opinión (espero no sonar demasiado crítica), los ordenadores, las tablets y los teléfonos móviles han penetrado demasiado en nuestras vidas. Pero nada puede sustituir la sensación de sostener un libro en la mano y notar su olor. Y es muy importante que a los niños se les lean libros desde muy pequeños, sin importar el idioma. Ojalá se continúe haciendo eso. Las tablets y los móviles no deberían sustituir por completo a la literatura de ficción, tal y como la conocíamos nosotros cuando éramos pequeños".
Así lo compartía con nosotros en el estudio de Radio Bulgaria Matina Genkova-Mpofu, la dama de la palabra elegante. La escritora que responde en sus libros de la manera más sencilla a las preguntas más difíciles que nos hacen los niños.
Autor: Miglena Ivanova
Versión en español: Alena Markova
Fotos: Archivo personal
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