El huracán Milton que el jueves alcanzó la costa occidental de los EEUU no provocó las inundaciones catastróficas esperadas. A pesar de esto los daños causados son enormes. Hasta el momento las autoridades informan de 10 víctimas humanas, pero se espera que su número aumente en las próximas horas. Más de 2 millones de personas no tienen electricidad. El Ministerio de Exteriores recomienda a los ciudadanos búlgaros que se encuentran en el territorio del Estado de Florida que acaten estrictamente las órdenes de las autoridades y que no emprendan viajes a las regiones afectadas. No hay información de búlgaros damnificados ni del número de los búlgaros que se evacuaron de las zonas peligrosas.
“No hay un número oficial de los búlgaros en las regiones afectadas ya que los búlgaros allí no tienen la obligación de registrarse o decir si se evacúan o no. Los datos son de impresiones generales. Al mismo tiempo desde la Embajada búlgara en Washington facilitan el número 202 387 0174 en los EEUU al cual pueden llamar todos los ciudadanos búlgaros que necesitan ayuda”, ha informado Mladen Petkov, colaborador de BNR en Washington.
“Todo está en orden alrededor de nuestra casa, no tenemos daños visibles, tenemos electricidad y agua y esto nos alegra mucho”, dice especialmente para Radio Bulgaria Daniela Ilieva, una nuestra compatriota que lleva 10 años viviendo en Orlando, en Florida. Su ciudad se encuentra a una hora y media de la costa occidental en el continente y por esto no se vio obligada a evacuarse. Cuenta que los múltiples tornados en distintos lugares que precedieron el huracán eran más temibles que éste. “Su ojo absorbe todo en su camino y una casa puede ser borrada de la faz de la tierra en un abrir y cerrar de ojos”, reconoce la búlgara y no esconde su fascinación de las medidas adecuadas y puntuales que la directiva de Florida ha implementado.
“Estoy muy impresionada y valoro estas medidas. Las medidas que tomaron y el trabajo que fue cumplido son sumamente impresionantes. En cada parque y en cada barrio había estaciones de arena donde uno puede ir y llenar sus sacos para la seguridad de su casa y de sus ventanas. La organización ha sido excelente y no dejan de tenernos al tanto de lo que sucede. Las tiendas fueron cerradas en el mismo momento para que haya menos tráfico. Los colegios y las universidades cerraron el martes para que los estudiantes pudieran regresar a casa”.
La propia Daniela espera que la vida continúe como antes. Para los alumnos en Florida las clases comenzarán el lunes. La temporada de los huracanes en Florida que comenzó en junio continuará en noviembre y el peligro siempre está presente.
La situación parecía crítica en ciudades como Sarasota, Pittsburgh y Trampa que fueron golpeadas por furiosos vientos con una velocidad de 200 kilómetros por hora. “Nuestros compatriotas y todos mis familiares y amigos de distintos Estados con quienes converso estamos sumamente preocupados”, informa María Samíchkova colaboradora de Radio Bulgaria en Las Vegas. Y agrega:
“Muchos de nuestros compatriotas que viven en Florida han optado por evacuarse. Una gran parte de ellos tienen familias con hijos menores, no desean traumatizarlos y por esto se han evacuado a Estados vecinos. Algunos han optado por quedarse en Florida, pero se han evacuado a Miami, donde se esperaba que haya lluvias y no huracanes. Nuestros compatriotas están a salvo y esperamos que sus casas también estén intactas tras las inundaciones y la fuerte tormenta. Que yo sepa algunos búlgaros han preferido quedarse en sus casas”.
Una de ellos es Asia Ilkova de Sarasota que decidió quedarse con sus familiares en casa. Afirma que las autoridades reaccionaron a tiempo y la preparación para la tormenta comenzó el domingo, dice ella para Radio Bulgaria:
“Tengo hijos, una amiga con su hijo de 5 años de edad llegó a casa. Una sobrina mía que dará a luz dentro de una semana llegó también con su familia porque aquí estamos más cerca de un hospital. La mayoría de nuestros amigos y familiares se han reunido también con otras dos o tres familias. Algunos tienen generadores ya que esperaban que la electricidad se apagara. Gracias a Dios, los daños son menos de lo esperado. Me siento agradecida sobre todo por el hecho de que no hay víctimas humanas y no hay inundaciones. Esta era mi mayor preocupación”, dice Asia Ilkova.
Iva Dimitrova, residente en Tampa Bay, ha logrado evacuarse con su esposo a tiempo a Atalanta y ahora observa el estado de su casa en Tampa en línea, a través de la cámara en su casa.
“Afortunadamente no hay grandes daños, veo que una de las cámaras sigue transmitiendo. Hay un gran árbol que ha caído en nuestro patio. Nuestros vecinos nos dijeron que no hay árboles caídos sobre las casas y de esto estábamos más preocupados. No sabemos qué es lo que veremos cuando regresaremos a casa. Tendrán problemas las personas que se han evacuado y tratarán de regresar porque no hay combustible en las gasolineras y el tráfico es enorme”, dice Iva Dimitrova y agrega que en Tampa hay una enorme comunidad búlgara y de momento no hay compatriotas nuestros que hayan sufrido daños.
Fotos: Reuters, Archivo personal
Versión al español de Hristina Táseva
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