"Voto siempre que puedo y estoy en un lugar donde hay manera de hacerlo", afirma con orgullo y sin prejuicios a Radio Bulgaria el mundialmente famoso violinista búlgaro y concertino de la Royal Concertgebouw Orchestra de Ámsterdam, Vesko Panteleev-Eschkenazy. También hoy, sin excepción, cumplirá con su deber cívico aquí, "en casa", como él llama a su Sofía natal.
Vesko Eschkenazy se encuentra en Bulgaria con motivo de los dos últimos conciertos de la gira nacional del proyecto "En el mundo de la música", que creó en 2022 junto a la Orquesta Filarmónica de Pleven, bajo la batuta de Gueorgui Miltiyadov y con la participación de la virtuosa acordeonista Veronika Todorova. El 1 de noviembre, Día de los Próceres de la Ilustración, el público de Varna podrá sumergirse en el "Mundo de la Música", y el 7 de noviembre lo harán los melómanos de Sliven.
Mientras tanto, la nueva temporada musical también ha sido inaugurada por la Royal Concertgebouw Orchestra de Ámsterdam. En noviembre, el maestro Eschkenazy y sus colegas emprenderán una gira de dos semanas por los estados de Florida y Nueva York, paralelamente a su activo programa de otoño en el Viejo Continente. A pesar de su apretada agenda creativa y sus compromisos, el famoso violinista búlgaro es uno de esos artistas que no rehúyen la responsabilidad social y política que le corresponde como figura pública. Al contrario, este año ha vuelto a apoyar la campaña nacional de prevención del cáncer de mama y la Fundación "Una de Cada Ocho", y sigue comprometido con la labor de la Fundación "Nuestros Niños Prematuros".
"Son necesidades internas del individuo. Especialmente las causas benéficas y relacionadas con la salud de las personas son muy importantes para mí. Lo más importante para nosotros es la salud, y si puedo ayudar en algo, siempre lo hago. Políticamente, sí, a veces no soporto lo que veo en Bulgaria, especialmente la forma en que se hacen las cosas. La gente sufre por ello, y me resulta muy difícil verlo. El pueblo búlgaro merece un gobierno mejor, sentirse mejor, tener más oportunidades, tener más confianza. Cuando eso no ocurre debido a la mala gestión del país, me entristece mucho y me emociona".
¿Cuándo dará el Estado también su apoyo a la cultura?
"Es un tema muy complicado", admite Eshkenazi. "No sé si podremos abordarlo por completo, como se suele decir, pero según lo que me cuentan mis amigos que ya ocupan puestos de responsabilidad en Bulgaria, sí hay dinero. El problema es que los músicos o los artistas no siempre llegan a utilizarlo. Esto hay que mejorarlo. Es necesario optimizar la forma en que se utilizan los fondos estatales, para que sean más accesibles directamente a los artistas. Además, los propios artistas deben tomar más control sobre estos asuntos".
Extremadamente peligrosa: así define Vesko Eschkenazy la situación de las constantes elecciones parlamentarias que se celebran en Bulgaria desde hace tres años. Hoy ha votado con el siguiente propósito:
"En primer lugar, quiero cambiar la forma en que se dirige este país y salir de este círculo de elecciones continuas. Eso es muy peligroso para cualquier país. Entiendo que estamos muy divididos, entiendo que la gente está muy dividida, pero tenemos que encontrar algún consenso. No puede haber elecciones cada pocos meses en el país. Eso es imposible. Entiendo que lo otro también es muy difícil, pero si eso cambia, quizá haya alguna forma de avanzar".
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