Él ejerce una de las profesiones más prestigiosas e interesantes del mundo. Su rostro es conocido internacionalmente, aunque la mayoría de la gente tiende a imaginarlo con un violín Stradivari pegado a la barbilla. Invitado especial de Radio Bulgaria es Rainer Honeck, concertino de la célebre Orquesta Filarmónica de Viena.
El destacado violinista austriaco estuvo en Sofía hace dos semanas para ofrecer un concierto junto a la mundialmente famosa pianista búlgara Plamena Mangova, la Orquesta de Cámara de Solistas de Sofía y su director Konstantin Dobroykov.
Este es su primer concierto tanto con la orquesta como con Plamena Mangova, de quien afirma estar "impresionado por su increíble energía, emotividad y virtuosismo". Sin embargo, no es su primera presentación en Sofía. Así recuerda el maestro Honeck una experiencia oscura y algo deprimente de su pasado:
"En realidad, hace 42 años estuve en Sofía y toqué con Karajan y la orquesta. Claro que tengo recuerdos. Era muy oscuro, muy gris, la sensación era de agobio, era durante el comunismo. Pero ahora todo es luminoso, limpio y agradable. Espero que no pasen otros 42 años hasta mi próximo concierto en Sofía".
Rainer Honeck tenía 20 años cuando comenzó a trabajar como primer violín en la Ópera Estatal de Viena y la Filarmónica de Viena, en 1981. A los 23 años ascendió a concertino de la Ópera, y a los 31 se convirtió en concertino de la Filarmónica de Viena. "Empecé con Karajan. Fueron sus últimos diez años, y tuve la oportunidad de tocar con él y experimentar su magisterio".
Tras haber tocado con los directores más brillantes de nuestro tiempo, ¿ha encontrado algún alma gemela, alguien con quien sienta una conexión artística especial?
"Como he dicho, recuerdo muchas cosas de mis primeros 10 años: Karajan, Böhm, Abbado, Bernstein, Klaiber... Cada semana tocábamos con un director diferente; fueron años muy intensos. Me gustaba mucho Mariss Jansons (1943-2019), me gustaba su musicalidad, su profesionalidad, el hecho de que siempre buscaba la belleza y, al mismo tiempo, era técnicamente perfecto. Pero hay muchos directores que son fantásticos; no puedo decir que no me guste uno o que me guste más otro. Porque, a menudo, cada director tiene un repertorio que hace muy, muy bien y otro repertorio que no hace tan bien, por ejemplo.
Incluso Karajan, cuando tocaba Mozart y Haydn, era muy bonito, pero podría haber sido un poco más alegre".
El concertino de la Filarmónica de Viena es la persona adecuada para preguntar cuál es el secreto del famoso sonido "vienés" que hace tan reconocible la interpretación de la Filarmónica de Viena.
"Mucha gente me pregunta por ello. Creo que el sonido vienés es una mezcla de belleza —la belleza es lo más importante—, pero también de interpretación emocional que sale de lo más profundo del alma del músico. Incluso cuando tocas muy bajo, pianísimo, tienes que expresar toda esa tensión y emoción.
En Viena tenemos la suerte de contar con una sala preciosa, el Musikverein, famosa por su magnífico sonido. Por supuesto, somos una buena orquesta, pero también tocamos con los mejores directores del mundo".
"Siempre ha sido así, desde hace más de 180 años: la Orquesta Filarmónica de Viena siempre ha tocado con los mejores directores. Esto crea una tradición. Y esta tradición se transmite de los músicos más veteranos a los más jóvenes".
No es ningún secreto que la violinista búlgara Albena Danailova, primera mujer concertino en la historia de la Filarmónica de Viena, no sólo fue colega, sino también compañera de vida de Rainer Honeck.
¿Cómo influyó esta relación en su percepción de Bulgaria y del pueblo búlgaro?
"Por supuesto, mi percepción cambió por completo. Antes no sabía mucho de Bulgaria", dice, y añade:
"Creo que los músicos búlgaros tienen una formación muy buena. Esto es algo que no sabía antes. Cada vez me impresiona lo bien que toca esta gente". Cuando Albena vino a Viena y trabajó en la orquesta, también tuvo que adaptarse al estilo vienés de tocar. Lo hizo muy rápidamente, y puedo decir, no sólo desde el punto de vista personal, sino también desde el artístico, que es realmente un miembro muy valioso de la orquesta".
El 1 de enero, en casi todos los hogares de Europa, y del mundo, resuena el concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena.
¿Es estresante saber que todo el mundo está mirando?
"Sí, bastante. Aunque la música parece muy ligera, alegre y positiva, como músico tienes que tener mucho cuidado de no equivocarte, de interpretarla realmente bien. La música de Strauss hay que tocarla muy, muy bien. Si no se toca en el tempo adecuado, con la articulación correcta o con el espíritu adecuado, puede resultar aburrida, de ese tipo de música que la escuchas con medio oído. Sin embargo, si se interpreta con el espíritu y la intensidad adecuados, ¡se pasa volando! La línea que separa ambas interpretaciones es muy estrecha".
Riccardo Muti será el director del concierto del 1 de enero de 2025. Pero no veremos a Rainer Honeck junto al maestro Muti porque, como él mismo explicó, "nos turnamos, yo toqué en el último, así que me volverán a ver en 2026".
Traducido y publicado por Borislav Todorov
Fotos: salzburgerfestspiele.at, Facebook / Plamena Mangova, wienerphilharmoniker.at, bulgaren.org, EPA/BГNES
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