La usurpación del patrimonio cultural e histórico es una de las múltiples e inevitables consecuencias en cada conflicto militar tanto en plan histórico como hoy en día. Antes de que termine la guerra en Ucrania es imposible hacer un análisis adecuado del volumen de los daños que han sufrido las instituciones culturales en el país, ni valorar las pérdidas de obras de bellas artes y de arquitectura para los fondos de distintos museos y galerías.
Los cálculos de la ONU indican que las pérdidas para el patrimonio cultural ucraniano y los daños causados en sitios de interés histórico desde principios de la guerra hasta el momento equivalen a más de 3 mil 500 millones de dólares. Según datos de 2023, la población de Ucrania es de 37 millones de personas. Parte de los ciudadanos son bielorrusos, tátaros de Crimea, georgianos, gagaúzos, rumanos, polacos, armenios, judíos, búlgaros de Besarabia y otras etnias y cada una de estas comunidades tiene su cultura y tradiciones que acata y respeta libremente
Desde luego la guerra limita en gran medida las posibilidades de las familias de estar juntas y dedicar tranquilamente su tiempo a las tradiciones. A pesar de esto sus intentos continúan ya que en palabras de Galin Gueorguiev, presidente de la Asociación de Búlgaros en Besarabia y Tauricia Rodoliubets los búlgaros de Besarabia consideran que estas tradiciones son parte de ellos mismos y están sumamente unidos a ellas. Él aduce como ejemplo el rito con motivo de la fiesta de san Jorge en el Chushmeliy, en el sur de Ucrania, pero precisa que esto es válido asimismo para el resto de las fiestas ortodoxas y las del calendario popular.
“La tradición de los búlgaros de Besarabia consiste en que el cordero asado se saque en el patio o en la calle. En muchas regiones de Bulgaria sucedía lo mismo. Lamentablemente en Ucrania esto ahora es imposible a causa del toque de queda y otras restricciones que no permiten que las personas se reúnan.
La tradición con motivo del Día de san Jorge es única ya que se conserva tal como fue llevada de los pueblos de la región de Provadia en Bulgaria, donde se conserva un dialecto antiguo muy interesante que semeja mucho el habla de los protobúlgaros. Ambos se conservan como habla y como una tradición cultural solamente en Chushmeliy y en Besarabia”.
Durante un debate en Sofía dedicado al patrimonio cultural en Ucrania y las maneras de conservarlo en el marco del festival OKO, Gueorguiev ha llamado la atención a otro asunto sumamente importante para la comunidad búlgara:
“Iván Plachkov, ex ministro de Energía de Ucrania se dirigió a mí y a nuestra asociación Rodoliubets con la petición de pensar en las maneras en que podemos revivir lo búlgaro en la región. Le pregunté ¿cómo en las condiciones de guerra se puede pensar en la organización de reuniones y fiestas? Para él era importante que las personas allí sigan hablando el búlgaro. En este momento el idioma en que habla esta comunidad en casa es el búlgaro, pero la comunidad dominante en el país es de ucranianos cuya lengua debe dominarse. Por esta razón el idioma materno va en segundo plano.
Ahora, en las condiciones de guerra esto se consolidará como una tendencia, las personas comienzan a hablar con los demás en ruso o en ucraniano. Creo que Bulgaria debe ayudar mucho en esta situación ya que la protopatria es algo muy importante en la conciencia de estas personas. Ellos se imaginaban la tierra que abandonaron como un territorio al cual regresarían un día”.
A pesar de las acciones militares que continúan en el país Ucrania trabaja sobre la digitalización de su patrimonio cultural e histórico. Parte de éste son las tradiciones y los ritos que respetan los representantes de las distintas etnias residentes allí. El proceso del cual se ocupa el Archivo Estatal Audiovisual y Electrónico es demasiado lento, reclama fondos financieros y equipos técnicos y es imposible definir el ritmo de su avance. Por esto no hay una respuesta concreta a la pregunta de qué parte del patrimonio cultural de los búlgaros en ese país ha sido conservado para las próximas generaciones.
Fotos: BTA (Archivo), BGNES, EPA/BGNES, архив, t.me/media_ua_bgVersión al espñol de Hristina Táseva
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