Yordán Mínkov llegó a Bruselas con su familia en 2007, cuando Bulgaria se convirtió en miembro de pleno derecho de la Unión Europea. Su mujer consiguió un contrato fijo en las instituciones europeas y esto dio un vuelco a la vida de toda la familia.
"Desde el mismo principio, cuando entramos en la Unión Europea, ya se necesitaba personal que trabajara en las instituciones europeas. Mi mujer ya tenía experiencia: trabajaba en Bulgaria en la Representación de la Unión Europea desde antes de que el país ingresara en la UE, por lo que ella fue una de las primeras en conseguir un contrato para trabajar en las instituciones comunitarias. Por aquel entonces yo tenía un trabajo que no estaba mal, pero decidimos trasladarnos a Bruselas por su carrera profesional y por el futuro de nuestros hijos. Para mí fue un poco más difícil. No sabía francés, sólo un poco de inglés. No tenía ni idea de qué salida profesional tendría yo en este país, pero decidí que era un buen reto y que merecía la pena intentarlo".
En Bélgica, Yordán Mínkov empezó desde cero. Abrió su propia empresa y empezó a dedicarse a la construcción y al comercio. Sabe por experiencia propia que el auténtico sabor búlgaro es un producto solicitado y preferido por los búlgaros de Bruselas, así que decidió abrir una tienda de alimentación búlgara.
Yo mismo, siendo un búlgaro que vive tanto tiempo ya en Bruselas, al principio tenía grandes dificultades para encontrar productos de Bulgaria. Al fin y al cabo, todos tenemos algunos productos favoritos, a los que estábamos acostumbrados en nuestro país. Y los intentamos encontrar aquí pero cuando nosotros llegamos sólo había una única tienda búlgara”, recuerda Mínkov.
Yordán Mínkov selecciona con mucho cuidado los productos que ofrece en su tienda. Se asegura de que sean de buena calidad y sabor, porque es consciente de que esto es, además, una forma de publicidad para Bulgaria.
"Nuestra idea era promocionar Bulgaria a través de sus productos originales. En todo momento hemos procurado atraer también a los clientes extranjeros. Bruselas es una ciudad multinacional. Aquí hay gente de todos los países y nacionalidades, tanto de la Unión Europea como de fuera. Así que buscamos formas de mostrar Bulgaria y de atraer a todo tipo de clientes. En tantos años, puedo decir que después de los búlgaros, los que más frecuentan nuestra tienda son nuestros vecinos en los Balcanes: los rumanos, griegos y turcos, sobre todo. A muchos clientes de habla rusa también les gustan nuestros productos. Los conocen y además conocen Bulgaria. También vienen personas de Europa Occidental, de Alemania, Francia, Italia, o los países escandinavos. Muchos de ellos han visitado Bulgaria, y les ha gustado. Han probado productos búlgaros y ahora los buscan. ¡Nos hace muy felices tenerlos como clientes!".
¿Cuáles son los productos búlgaros más buscados en Bruselas?
"En primer lugar está, por supuesto, el yogur búlgaro", responde inmediatamente nuestro compatriota. “También se venden mucho nuestros embutidos tradicionales - curados o frescos -, como nuestra querida lukánka o el sudzhúk (embutidos del tipo del salchichón, el chorizo o el fuet, N. del T.). Y es muy solicitada la lyútenitsa, claro está. En el mismo comienzo hice la prueba de importar frutas y verduras búlgaras, y fue todo un éxito. Sobre todo con el llamado ‘tomate rosa’, cada vez más difícil de encontrar en Bulgaria y cada vez más caro. Pero estamos consiguiendo importarlo en las cantidades que podemos. Reponemos regularmente cada semana cuando es temporada. Es difícil de almacenar, el transporte es largo, pero hay mucho interés no sólo entre los búlgaros, sino también entre los clientes de otras nacionalidades. Les gustan mucho los tomates y los pepinos búlgaros, y las frutas y verduras en general porque, francamente, las tiendas de aquí pueden tener una gran variedad de estos productos durante todo el año, pero el sabor no está al nivel al que estamos acostumbrados nosotros", explica Yordán.
En estos momentos, las mártenitsi son un éxito indiscutible en esta tienda búlgara de Bruselas. Ofrecen una gran variedad: hay mártenitsi de todo tipo, la mayoría hechas a mano.
"Desde que abrimos la tienda, lo primero que ofrecimos como souvenir búlgaro fue la mártenitsa. Es una costumbre muy bonita que es cada vez más popular aquí, gracias a los búlgaros que viven en Bruselas. Los rumanos también las compran porque tienen una tradición parecida, supongo que nuestras costumbres deben de tener raíces comunes. Creo que los griegos también tienen algo parecido. Nosotros, para promocionar todo lo bueno de Bulgaria, siempre ofrecemos las mártenitsi desde mediados de febrero. También las compran los extranjeros. Compatriotas que trabajan en las instituciones europeas me cuentan que ya han acostumbrado a sus compañeros de trabajo de que cada año, el 1 de marzo, van a su despacho y les piden que tiendan la mano para atarles su mártenitsa. Así que ya conocen bien esta tradición y están acostumbrados a recibir mártenitsi cada año. Por eso los búlgaros las compran en cantidades bastante grandes, sobre todo las de tipo pulsera, para regalárselas a todos sus compañeros. Los niños también se regalan mártenitsi los unos a los otros en el colegio.
Los extranjeros sienten curiosidad por la tradición búlgara, se interesan por saber de dónde viene la costumbre de regalarse mártenitsi y Yordán les cuenta de buena gana algunas de las historias relacionadas, les explica que son un símbolo de la llegada de la primavera, y un amuleto para la salud. Él procura ofrecer mártenitsi artesanales hechas en Bulgaria.
¿Ha aumentado el interés por la mártenitsa a lo largo de los años?
"Parece que sí. Se ha vuelto una tradición bastante popular”, comparte el dueño de la tienda. “Los clientes que son de Rumanía o de Grecia las compran para ellos mismos y para sus colegas y familiares. Algunos se preparan para el Primero de Marzo con bastante antelación, así que ahora mismo estamos teniendo muchísimas ventas".
Autor: Daniela Goleminova
Versión en español: Alena Markova
Fotos: Daniela Goleminova, Pexels
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