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Rojo y blanco: La mártenitsa búlgara envuelta en leyendas y creencias populares

El 1 de marzo, los búlgaros se adornan con mártenitsas de color blanco y rojo y se felicitan por la llegada de la primavera, deseándose salud, alegría y buen humor

Foto: Museo Etnográfico Nacional - BAN

Según la creencia popular, el color rojo tiene el poder del sol y da vitalidad a todo ser vivo, mientras que el blanco simboliza la pureza, la inocencia y la alegría. La aparición de los hilos retorcidos blancos y rojos, conocidos como mártenitsas, significa que el invierno está dando paso a la primavera.
Según una antigua leyenda, las mártenitsas se han usado en las tierras búlgaras desde la época de los tracios, e incluso Orfeo decoraba su lira con ellas.
Otra leyenda, de tiempos más recientes, relaciona la mártenitsa con el asentamiento de los búlgaros de Asparuh en la península balcánica y sus gloriosas victorias.

En Bulgaria esta costumbre está muy extendida. La mártenitsa se ha convertido incluso en uno de nuestros símbolos nacionales. Los hilos rojos y blancos entrelazados, sin embargo, no son una tradición exclusivamente búlgara. También se conocen en Rumanía, Moldavia, Albania, Grecia, Serbia y Macedonia del Norte, donde se llevan amuletos similares para la salud, aunque con nombres diferentes.

En Bulgaria, las mártenitsas empiezan a aparecer en calles y plazas desde principios de febrero. Hábiles artesanos exhiben sus productos en puestos improvisados en las grandes ciudades. Ni la nieve ni las gélidas temperaturas pueden frenar la demanda y la oferta de este venerado símbolo de la primavera.
¿Qué debemos tener en cuenta al llevar la mártenitsa para que no pierda su poder mágico en nuestro mundo moderno? Buscamos la respuesta a esta pregunta con la especialista María Boyanova, del Centro de Visitantes del Museo Etnográfico de Sofía.
María Boyanova
"Vemos que hoy en día se utilizan materiales sintéticos en las mártenitsas. Algunos hilos o cuerdas blancas se venden como mártenitsa... a veces son simplemente rojas. Intentamos explicar a los niños que, para que sea una mártenitsa, el hilo debe estar enrollado primero. Como decían los mayores, "un hilo que no está torcido no es una mártenitsa".
En una mártenitsa tradicional, los hilos deben ser necesariamente de lana. Además, aunque el rojo y el blanco han sido los colores más comunes en tierras búlgaras, también existen mártenitsas de otros tonos. Por ejemplo, en los Ródopes se elaboran mártenitsas muy coloridas que incluyen amarillo, verde y azul.

Lo importante es que la mártenitsa esté enrollada. Este detalle, por un lado, simboliza la unión de las estaciones de invierno y verano, ya que marzo representa precisamente esa transición. Por otro lado, también refleja una creencia popular: "enroscar a las chicas alrededor de los chicos, como se enrosca la mártenitsa"", dice María Boyanova.
Baba Marta (la Abuela Marta) es una figura mitológica que existe únicamente en la tradición búlgara. "Es la personificación de marzo, un mes con un clima muy cambiante, por lo que lo más lógico es que tenga una imagen femenina, con su correspondiente temperamento impredecible", explica María Boyanova.
"Sabemos que cuando Baba Marta sonríe, brilla el sol; cuando está de mal humor, llueve. Existen varias leyendas que explican sus cambios de humor. Lo que es común en las descripciones es que es una anciana que viene del fin del mundo a visitar a la gente del pueblo el primero de marzo. A partir de ahí, las interpretaciones varían, incluidas aquellas creadas por poetas después de la Liberación. Las primeras descripciones aparecen en el poema infantil "Baba Marta se apresuró, mártenitsa ató". En esa época, los símbolos Pizho y Penda, incluidos en la mártenitsa, quizá representaban una evolución de la borla como adorno. Más tarde, tomaron forma como los personajes epónimos de los cuentos de Elin Pelin.

"¡A ti la mártenitsa, a mí la salud!" Con esta exclamación, nuestros antepasados se quitaban el amuleto y, a menudo, lo lanzaban al sol o a una cigüeña o golondrina cuando las veían en primavera. ¿Qué hay detrás de esta antigua tradición? Lo explica María Boyanova:
"La petición era obtener salud a cambio. Es una fórmula antigua: dar para recibir, el mismo principio con el que, desde tiempos remotos, la gente pide a los dioses lo que necesita. “¡A ti la mártenitsa, a mí la salud!”. La mártenitsa se entrega al sol en sacrificio.

Lo curioso es que, después de ser arrojada hacia el sol, la mártenitsa se quema. Al parecer, de esta forma llega hasta el sol para que la gente reciba salud a cambio".
"Una vez colgada la mártenitsa el 1 de marzo, puede llevarse hasta el 9 de marzo, festividad eclesiástica de los 40 Mártires, o hasta el 25 de marzo, día de la Anunciación", explica María Boyanova.

La mártenitsa también puede quitarse cuando aparece la primera cigüeña, golondrina o cuco, o cuando florece el primer árbol frutal. Según otra creencia, puede llevarse hasta la cosecha en verano.

Traducido y publicado: Borislav Todorov

Fotos: Museo Etnográfico Nacional - BAN, BTA


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