Una curiosa exposición en la sede de la Asamblea Nacional en Sofía rastrea la vida y la obra del exarca Stefan I de Bulgaria, una personalidad cosmopolita que quedó en la historia como promotor del distanciamiento de los sacerdotes de la vida política y figura principal en la salvación de los judíos búlgaros durante la Segunda Guerra Mundial, por lo cual fue condecorado con el título de Justo entre las naciones. Él era el último líder del exarcado búlgaro, la forma bajo la cual existía la Iglesia Ortodoxa Búlgara después del logro de su autocefalía en el marco del Imperio Otomano en 1870. Hasta 1953 el exarca Stefan estaba al frente del clero durante cuatro años: desde 1945 hasta 1948, después de lo cual fue derrocado por el poder comunista e internado en la aldea de Banya, en la región de Karlovo, donde vivió hasta su muerte en 1957. 

El nombre mundano del exarca Stefan I de Bulgaria (1878-1957) era Stoyan Popgueorguiev Shokov. Nació en la aldea rodopiana de Shiroka Laka, estudió en la Academia de Teología en Kiev, impartió clases en el Seminario San Juan de Rila de Sofía. En Bulgaria el archimandrita Stefan desarrolló una intensa actividad pública y espiritual y creció en la jerarquía eclesiástica. En 1921 fueinvestido como obispo de Markianopol y un año después fue elegido metropolitano. Durante la Segunda Guerra Mundial a pesar de que era una persona próxima al Palacio y al Gobierno, el exarca Stefan no se identificaba con la orientación pro-alemana del poder y era un pacifista convencido. Escribió y ofreció miles de sermones, platicas y artículos en distintas ediciones búlgaras y extranjeras. Era uno de los destacados defensores de los judíos búlgaros y se negó a aprobar los intentos de perseguir a los hebreos y a privárseles de derechos. 

Enunodesussermonesenel templo de Santa Nedelia del 24 de mayo de 1943 el exarca Stefan declaraba: “Desde este ambón declararé un anatema contra toda persona que se atreve a hacer daño a un judío búlgaro”. El mismo día escribió una carta al zar Boris III en la cual señalaba: “No persigas si no quieres ser perseguido. Con la medida que mides se te medirá. Recuerda, Borís, que Dios mira tus obras desde el cielo” y agrega que la resolución del Gobierno de la Ley de protección a la nación contradice a las leyes y los principios de la Iglesia Ortodoxa.  

La exposición El Exarca-Salvador y los niños salvados recuerda todos estos importantes momentos de la historia personal del exarca Stefan I de Bulgaria. Fue presentada por primera vez en el lugar natal del clérigo, la aldea rodopiana de Shiroka Laka y ahora hasta el 11 de marzo puede ser vista en la sede del Parlamento búlgaro gracias a la cooperación del diputado Dr. Krasimir Sabev, representante del municipio de Smolian. 

“Hay qué ver y qué aprender sobre lo que sucedió en Bulgaria. Debemos estar orgullosos de que los búlgaros tenemos una historia que continuará en el futuro. Este es el comienzo de una iniciativa conjunta con la casa de cultura de Shiroka Laka que lleva el nombre del exarca y el Ministerio de Cultura”, ha señalado Krasimir Sabev para Radio Bulgaria y ha agregado que en la casa de cultura en Shiroka Laka se conservan casi 600 páginas de datos dedicados a esta gran personalidad.

“Se pueden citar muchos episodios para ilustrar sus posturas humanistas y más especialmente sus sentimientos hacia los judíos”, ha señalado la escritora Lea Kohen que estaba entre los invitados. 

“Esta exposición es muy pequeña para la magna personalidad del exarca Stefan I, un gran intelectual búlgaro que no se enmarca solamente en la vida eclesiástica”, recuerda Lea Kohen y resalta: “En el año 1940, en el mes de septiembre, cuando fue depositado el proyecto de Ley para la protección de la nación, el exarca movilizó al Santo Sínodo y fue enviada la primera carta de protesta a la Asamblea Nacional contra esta ley. Sus posturas y la política que llevaba eran muy consecutivas”.

Aparte de los paneles informativos sobre la obra del clérigo, la muestra incluye cuadros pintados Rivka Uziel, una pintora judía de origen búlgaro.

“Nací en 1938 y era una niña durante la guerra. Entonces, en los momentos más duros, el exarca decía: “¡No doy a los judíos!”. Bulgaria era el único país cuyos judíos no fueron enviados a campos de concentración, esto nunca lo olvidaremos. Estamos muy agradecidos el pueblo búlgaro. En Israel cuando decimos que somos de Bulgaria solemos oír: “estas personas son especiales, ellos aman y saben cómo ser amigos”, no oculta su emoción la pintora Rivka Uziel nacida en Yambol. Hoy vive en la ciudad judía de Rejovot, donde crea cuadros multicolores como la vida y los  decora con arena negra de la costa búlgara del mar Negro:

“Durante la guerra estábamos en Pomorie, y me acordé que allí había arena negra. Fui allí, busqué y en cada una de mis obras está presente esta arena que recuerda que estoy en Bulgaria, el lugar especial en mi corazón”. 

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Fotos: BTA, BGNES, parliament.bg, Facebook /Държавен архив - Смолян

Traducido y publicado por Hristina Táseva