Tras meses de baja inflación, e incluso de deflación temporal -con las bajadas de precios en el mes de abril de este año-, al menos según los datos oficiales de las estadísticas nacionales, hoy la tendencia se ha invertido bruscamente. El 15 de julio, literalmente días después de que Bulgaria recibiera el "sí" de Bruselas para entrar en la eurozona, el Instituto Nacional de Estadística publicaba unos datos que mostraban que la inflación anual a finales de junio era del 4,4%, es decir, una cifra récord en los dos últimos años.
¿Hasta qué punto las estadísticas eran exactas en los meses anteriores? Y, ¿ ha hecho Europa la vista gorda ante ciertos problemas de la economía búlgara? Las dudas que han surgido han sido muchas, pero no son demostrables de manera oficial.
Veamos, pues, el caso desde otro ángulo: ¿acaso la mera expectativa de que habrá una subida de precios hace que las empresas se aseguren de antemano de elevar el valor de lo que finalmente pagamos los consumidores?
El término "economía de las expectativas" es una de las reglas básicas de la ciencia económica. Es decir, los procesos vienen dictados por lo que la gente espera que ocurra, tanto si se trata de consumidores como si se trata de comercios. Aparte del caso actual de la subida de precios, esto también se aplica a los casos en que los consumidores, por ejemplo, esperan que la situación económica empeore. Es decir, empiezan a ahorrar y a consumir menos, lo que en realidad conduce a un empeoramiento de la situación debido a la reducción del consumo y, en consecuencia, a una menor actividad económica. Lo mismo ocurre a la inversa: cuando la actitud y las expectativas son positivas se observa una subida en el consumo.
Este proceso ya es claramente visible en Bulgaria, afirma el antropólogo social Haralán Alexandrov:
"Está claro que existe tal efecto. Se trata de una profecía autocumplida, un fenómeno bien conocido y no sólo en el ámbito económico. No me cabe la menor duda de que esta expectativa masiva de que subirán los precios ya está subiendo los precios. Si eres un minorista y tienes existencias, es un comportamiento perfectamente normal el de empezar a esconderlas o a subir los precios pensando que todos los demás también lo harán."
Y Alexandrov puso el ejemplo de los precios inmobiliarios, que, a pesar de la "burbuja" de la que se habla desde hace años, no han dejado de incrementarse en los últimos meses.
"En este sentido, la intervención del Estado es bastante lógica, pese a que haya sido criticada desde desde el punto de vista de la situación ideal de mercado. Pero creo que todos estamos de acuerdo que no existe un mercado autorregulado como el del principio de oferta y demanda. Porque la política se entromete de forma muy poderosa y destructiva en todas las esferas de la vida. Y ha quedado claro que las 'reglas' del mercado se imponen desde una posición de poder", señala el antropólogo.
Por otro lado, vemos la opinión diametralmente opuesta es de Krasen Stanchev, economista, fundador del Instituto de Economía de Mercado, profesor de la Universidad de Sofía y diputado de la Gran Asamblea Nacional en el periodo 1990-1991.
"Las expectativas surgen de lo que dicen los políticos: 'esperamos que suban los precios y por eso vamos a controlar la especulación'. Y en el momento en que dicen eso y empiezan a elaborar una ley para controlarla, la gente empieza a subir los precios. Imagina que tienes que vender algo y sabes que vendrán a controlarte, tarde o temprano. Subirás los precios por adelantado y cuando tengan que aplicar la Ley de Adopción del Euro, entonces nadie te multará porque hayas hecho un descuento. Así que este es básicamente el principal factor de la subida de precios, si es que lo hay", comenta Stanchev ante Radio Bulgaria.
Stanchev también defiende su teoría de que la próxima introducción del euro no contribuirá en absoluto a los niveles de inflación:
"El euro en sí no afecta en absoluto a los precios. Porque en el caso de Bulgaria, al igual que en Lituania, Estonia o Letonia, el lev ya está dentro del grupo del euro (a través de la junta monetaria). “Es incoherente que en las condiciones actuales se esté planteando una especie de ley sobre la especulación”, se mostró rotundo el economista.
Según el sociólogo Kancho Stoychev, el pensamiento de deseo, es decir, la expectativa de que algo ocurra, es un factor importante en los procesos económicos. En este caso, sin embargo, no es la razón principal de la subida de precios.
"En cuanto a las expectativas de cara al euro, ahí no es cuestión de psicología, sino de otros mecanismos económicos. No es la primera vez que se introduce el euro. Somos un caso más y además tardío. Y siempre con inflación creciente, y con procesos inflacionistas. El hecho de que los políticos puedan salirse con la suya mintiendo no es tampoco algo nuevo. Esa es su profesión.”
Él predice: la inflación alcanzará su punto máximo en la primavera de 2026. En vista de esto, la intención del Estado para controlar los procesos inflacionarios y los intentos de especulación son bastante lógicos, y es una práctica aceptada en toda Europa, considera Stoychev.
"Es difícil predecir si esto provocará disturbios o tensiones sociales, pero lo más probable es que sí. Porque estamos adoptando el euro en un mal momento. Europa se encuentra en un punto bajo de su desarrollo, políticamente está en una crisis muy grave y en un callejón sin salida. Como está más que claro que no puede desarrollarse si sigue de la misma manera, se ve que es necesario un cambio general", sostiene el sociólogo, y explica su postura con el "humillante", en sus palabras, acuerdo entre la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de hace unos días.
Es perfectamente normal que cuando se introduzca el euro los precios se redondeen al alza, no a la baja, y la expectativa de que esto no ocurra es "completamente ingenua", comenta Stoychev, añadiendo que aún más ingenua es "la actitud comunista de que la economía se regule de forma centralizada", refiriéndose a las iniciativas del Estado de imponer un techo a los sobreprecios y las promesas de un control estricto y de tratar de impedir que se den subidas de precios. En sus palabras, las mejores condiciones para la especulación se dan cuando no hay competencia real en el mercado, y en Bulgaria, sin embargo, observamos una monopolización por parte de las grandes cadenas minoristas.
En última instancia, la gran prueba de si Bulgaria cumple realmente los criterios financieros de Bruselas, pero también de sus propios ciudadanos, se dará con la eventual actualización del presupuesto de 2025. Y esto, según comentan muchos, no será una tarea fácil.
Autor: Iván Gergov
Traducción en español y publicación: Alena Markova
Fotos: iStock Photo, BGNES, BTA, BNR
Las Oficinas de Comercio y Asuntos Económicos de Bulgaria más exitosas de 2024 en el extranjero serán premiadas hoy en una ceremonia en el Cámara de Comercio e Industria de Bulgaria. La 15ª edición de la entrega de premios está organizada conjuntamente..
La proporción entre la deuda pública y el producto interior bruto (PIB) de los países de la UE ha aumentado hasta el 81,8% a finales del primer trimestre de 2025, frente al 81% registrado a finales del cuarto trimestre de 2024, según los últimos datos de..
El municipio de Gabrovo ha recibido una financiación de casi 17 millones de levas búlgaras para el desarrollo de un valle de la innovación . El proyecto contempla la transformación de la antigua escuela Radion Umnikov en un centro de competencias..