A mediados de septiembre, la tradicional festividad cristiana de la Exaltación de la Santa Cruz (14 de septiembre) marca el inicio de uno de los procesos agrícolas más esperados: la campaña de vendimia. El año 2025 no es una excepción, pero debido a una serie de factores, la cosecha de uva no parece que vaya a ser tan abundante como en años anteriores. A pesar de ello, el interés inversor, tanto de búlgaros como de extranjeros, en el sector vitivinícola de Bulgaria está creciendo a un ritmo vertiginoso.
La sequía, entre otros factores, es la causa de los menores rendimientos, según declaró a Radio Bulgaria el ingeniero Krasimir Koev, director de la Agencia Ejecutiva de la Viña y el Vino.
"La situación es así: lo que ocurre aquí también ocurre en la vieja Europa, en los principales países vitivinícolas como Francia, Italia, Portugal y Alemania. Todos ellos sufren nuestro problema de sequía. Además, hemos tenido muchos daños por las heladas de finales de abril. Por eso, este año lo consideramos nulo para algunos cultivos, ya que estas heladas impiden que la vid se desarrolle y produzca fruto. Otra razón que redujo significativamente los rendimientos en comparación con un año normal fue el granizo que cayó en muchas zonas del país".
A diferencia de 2024, cuando hubo lluvias torrenciales que provocaron el desarrollo de enfermedades en los viñedos, este año es seco, lo que hace que los frutos, y por lo tanto la materia prima que se extrae de ellos, sean mucho menos abundantes.
"Este año, debido a la falta de lluvias, las uvas se han mantenido libres de enfermedades. Lo malo es que han quedado más pequeñas y con menos jugo", explica el ingeniero Koev. "Si en un año normal el rendimiento de 1 kilo de uvas es del 60 %, es decir, 600 mililitros, ahora es incluso bastante inferior al 50 %. La cosecha de uvas en 2025 será menor que en años anteriores en cuanto a cantidad. Pero, en cuanto a calidad, me atrevo a afirmar que las uvas presentan muy buenos indicadores".
"Es un hecho indiscutible que la imagen de Bulgaria como destino vinícola y vitivinícola sigue viva", afirma categóricamente el director de la Agencia Ejecutiva de la Viña y el Vino. Como prueba, cita la estadística de que de las 363 empresas vinícolas del país, 128 son propiedad de extranjeros, entre ellos condes franceses, grandes empresas occidentales y ciudadanos de Italia y España, entre otros. La razón principal son las buenas condiciones para el desarrollo de los viñedos, el bajo precio de la tierra y las generosas subvenciones para la plantación de nuevas superficies, que cubren cerca del 80 % del coste de la inversión.
"En general, cada año aumenta el número de nuevas bodegas y de superficies en las que se eliminan los viejos cultivos que no son competitivos y se plantan otros nuevos. Entre 10 000 y 12 000 decáreas participan anualmente en los programas de reestructuración y reconversión", afirmó el ingeniero Krasimir Koev.
En la actualidad, hay otras 11 bodegas en proceso de construcción, previstas para 2026. Además, los inversores extranjeros quedan impresionados por la pureza de nuestro suelo, comprobada mediante análisis comparativos.
Sin embargo, a pesar de todo, las exportaciones totales de vino han disminuido a lo largo de los años, con la pandemia de la Covid como punto de inflexión. Entonces se perdió el mercado chino, donde se vendían cantidades importantes, y debido a la guerra entre Rusia y Ucrania también se perdieron los dos mercados que tradicionalmente apreciaban las cualidades del vino búlgaro. Al mismo tiempo, la producción nacional sigue siendo dominante en el mercado interno: alrededor del 85 % de las ventas de 110 millones de litros al año corresponden a vino búlgaro. También crecen nuestras exportaciones a África: el vino nacional llega ya a 15 países, como Egipto, Argelia o Congo.
Y aún hay más: a pesar de la escasa cosecha de uva, es poco probable que los precios del vino y de otras bebidas alcohólicas aumenten, debido a la competencia de países no afectados por condiciones climáticas adversas, como Australia, pronostica el ingeniero Krasimir Koev.
Autor: Iván Guergov
Versión al español y publicación de Borislav Todorov
Fotos: BTA y BGNES
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