El 22 de septiembre de 1908 mediante un manifiesto el príncipe Fernando I proclamó la Independencia de Bulgaria y de esta manera echó lo cimentos del Tercer Reino Búlgaro. No fue una casualidad que este acto tuvo lugar en la iglesia de Los 40 santos mártires en la antigua capital búlgara Veliko Tarnovo, ya que precisamente allí el propio príncipe se proclamó como zar. ¿Por qué este acto del 22 de septiembre es tan importante? Mediante él se rechazan los últimos vínculos de vasallaje con el Imperio Otomano. Además, la proclamación de la Independencia de Bulgaria guarda una relación directa con otros dos sucesos muy importantes que la antecedieron: la Liberación en 1878 y la Unificación del Principado de Bulgaria y Rumelia Oriental en 1885.
La Guerra Ruso-Turca restableció a Bulgaria en el mapa político de Europa, pero el Congreso de Berlín dividió el territorio del país y de esta manera consolidó su estatuto como un Estado vasallo. Incluso después de la Unificación en 1885 el país siguió siendo vasallo del Imperio Otomano y no tenía el derecho a suscribir contratos comerciales y acuerdos militares y políticos con otros países, o implementar tarifas aduaneras. Además, tenía que asumir el pago de la enorme deuda exterior del Imperio Otomano y pagar un impuesto anual al sultán. No podía tener representación diplomática en ningún otro país, un ejército propio, afrontando muchos otros elementos negativos para el país.
Durante este periodo surgieron condiciones favorables para proclamar la Independencia del joven Estado y llegó el Día de la Independencia en el cual los principales protagonistas eran el príncipe Fernando I y su primer ministro. No en último lugar cabe decir que en este acto era importante la participación y el apoyo del pueblo que se interesaba vívidamente y recibía con emoción cada acción de su príncipe.
Habían pasado casi 30 años de la Liberación, pero el destino de Bulgaria de nuevo estaba en las manos del Imperio Otomano. Por esto el Día de la Independencia era esperado con gran atención y entusiasmo, sobre todo por los habitantes de la antigua capital búlgara Tarnovo. “Proclamando su Independencia Bulgaria se convirtió en un Estado jurídicamente igual a los otros países y recibió soberanía. A pesar de que la soberanía había sido adquirida parcialmente antes de esto”, dice el doctor de ciencias históricas Ivan Tsarov del Museo de Historia en Veliko Tarnovo.
“La independencia se expresa en el hecho de que nuestro país podía tener representaciones diplomáticas por el mundo, acuñar monedas propias, desarrollar política exterior independiente. Esto siempre se hacía de manera formal, después de los sucesos, que fueron confirmados por el sultán y esto era humillante para el soberano. El príncipe Fernando, no se sentía tan resuelto, pero bajo la influencia de sus allegados decidió proclamar la Independencia. Hasta el momento según el Tratado de Berlín Bulgaria era un principado vasallo del sultán y el título de su soberano no era zar, que equivale a emperador, sino príncipe, que equivale a sucesor del trono.
Este es el lado jurídico de las cosas. Desde el punto de vista económico esta no era la mejor acción, ya que Bulgaria perdía los mercados del Imperio Otomano que en aquel entonces se expandía en el Oriente Próximo y en el Norte de África. Es decir, no estaban accesibles, o si lo estaban tenían que pagarse los respectivos aranceles que eran bastante altos. Este acto era muy importante para la autoestima del pueblo, del monarca y de los políticos”, diceIvánTsarov.
¿Cómo eran los ánimos en la antigua capital búlgara Veliko Tarnovo durante la proclamación de la Independencia? Las palabras del Dr. Iván Tsarov son elocuentes. La euforia y la alegría convirtieron este día en una fiesta para los vecinos de Tarnovo y lo testimonian los relatos de los contemporáneos que llegaron a nuestros días. El Dr. Iván Tsarov refiere un relato de un testigo en la descripción del 22 de septiembre hace 117 años.
“El príncipe Fernando estaba en Viena en aquel entonces. Desde allí la fragata del príncipe llegó al puerto en Ruse, desde donde el monarca partió en tren a Tarnovo. Era al anochecer y con vistas a la seguridad del príncipe él fue llevado a uno de los túneles de la carretera. Los ciudadanos sabían qué iba a suceder en su ciudad, ya que el día anterior estaban informados. No se sabe por qué, pero el tren dio vuelta atrás y paró en la estación de Trapezitsa. El príncipe bajó y se encaminó con su séquito hacia la iglesia de san Demetrio que en aquel entonces estaba en ruinas. Se paró allí y se quedó unos 20 minutos, tal vez pensando en todas las consecuencias negativas que podría tener un acto así. Después continuó ya que había sido indicado que el Manifiesto se leería en la cumbre de Tsarevets.
La organización no estaba bien acordada, pero cuando el zar bajó en la estación de Trapezitsa lo esperaba el alcalde de Tarnovo con una máquina de escribir en las manos. Entonces quedó claro por qué el tren había regresado. El alcalde Iván Vitelov escribió el Manifiesto en cuatro copias. Al Museo de Tarnovo llegó el segundo ejemplar del Manifiesto de la Proclamación de la Independencia”.
Redactora: Gurgana Máncheva
Traducido y publicado por Hristina Táseva
Fotos: eurochicago.com, BTA, wikipedia. org, plovdiv-press.bg
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