El cabo de Shabla marca el punto más oriental de Bulgaria: un rincón tranquilo, azotado por los vientos, que se adentra en el mar Negro. Aquí se alza el faro más antiguo y quizá el más bello de la costa búlgara. Pintado con franjas rojas y blancas, el faro de Shabla destaca sobre el fondo de la costa rocosa, donde se encuentra un pequeño y apacible pueblo pesquero llamado Kariya. El lugar está impregnado del olor a sal... y de historia.

Ya en el primer milenio antes de Cristo, los antiguos carios de Asia Menor fundaron aquí su puerto y dieron nombre a la zona: Porto Caria. Hoy en día aún pueden verse las ruinas de una antigua fortaleza del siglo V-VI frente al mar, y cerca de allí se encuentra un conjunto de cabañas y bungalós de pescadores, algunos antiguos y otros más recientes.

Pasear por las estrechas calles del pueblo permite descubrir mallas extendidas al sol y los típicos utensilios de pesca, así como bajar por las escaleras de piedra hasta el puerto. Allí, los pescadores han amarrado sus barcos frente al viejo faro, y el paisaje parece una acuarela marina salida del pincel de un pintor.

Kariya está a punto de consolidarse como destino turístico. Le recomendamos alojarse en una casa de huéspedes local o incluso alquilar una villa de pescadores completa.

El alcalde del municipio de Shabla, Mariyan Zhechev, nos cuenta más sobre este increíble rincón cerca de las olas en una entrevista para Radio Bulgaria:

"Se pueden pasar unos días con la familia, los amigos, etc. ¡Es un lugar acogedor! Y no hay manera de escapar del ruido de las barcas a las seis de la mañana. Esos sonidos son emblemáticos: el murmullo de las olas, el canto de las gaviotas y el rugido del motor. Vivirán al ritmo de la gente del pueblo. Los pescadores están dispuestos a organizar salidas de pesca o paseos en barca para los huéspedes.

Se pueden ver muchas cosas cerca del cabo Shabla, especialmente hacia el sur, donde comienzan las formaciones rocosas que se extienden hasta el cabo Kaliakra, y más allá pueden verse también cuevas y curiosas formaciones naturales. Es bonito, merece la pena visitarlo", señala el alcalde.

Kariya esconde otra sorpresa: su propio manantial de agua mineral, cuyas aguas poseen indudables propiedades curativas. Este fenómeno natural está relacionado con las particularidades geológicas de la región, conocida por sus yacimientos de petróleo, explica Mariyan Zhechev y añade:

"El primer petróleo búlgaro se descubrió en Tyulenovo (una aldea cercana al mar Negro, nota del editor), y en la zona hay bastantes pozos de este tipo, relacionados no solo con la extracción de petróleo, sino también con la exploración de las profundidades que se encuentran bajo nuestros pies. Uno de ellos funciona en la propia localidad de Kariya, y su agua mineral tiene un flujo constante de unos 20 litros por segundo. La temperatura es perfecta para bañarse: 37 grados. Funciona todo el año. El agua mineral tiene un alto contenido en azufre y se recomienda para la prevención y el tratamiento de enfermedades de la piel, incluida la psoriasis."

¿Y qué hay de los placeres del paladar? En Kariya hay dos pequeños restaurantes de pescado que ofrecen auténtica cocina marinera. Aquí, el pescado pasa directamente de las redes al plato: fresco, delicioso y preparado según antiguas recetas del mar Negro.

"El emblema, por supuesto, es el calcan. Además, se ofrecen gobios, jurel, lefter y chernokop.... Los pescadores de Shabla son expertos en la captura de tiburones del mar Negro. También se puede pescar en los lagos cercanos, por lo que a veces se ofrece pescado de agua dulce. Este también es fresco y de muy buena calidad, al igual que todos los demás productos relacionados con el mar, como el caviar o los mejillones típicos de nuestra zona, que todo el mundo debería probar.

Y, por supuesto, imprescindibles en cualquier plato de pescado son las llamadas salamurika o especias picantes", concluye el alcalde de Shabla, Marian Zhelev.

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Fotos: Veneta Nikolova