“La estabilidad política no significa obligatoriamente seguridad, incluso para las inversiones”, así comentó, el presidente austríaco, Heinz Fischer, de forma diplomática y aludiendo a otros países europeos, la inestabilidad política en Bulgaria. Fischer realizó una visita de dos días a Sofía con motivo del 135 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Bulgaria y Austria. Las conversaciones mantenidas con el presidente búlgaro, Rosen Plevneliev, han ido más allá del protocolo.

Un hito de la visita de Heinz Fisher, dedicada a las intensas relaciones bilaterales, fue su participación en el Foro Empresarial Bilateral en que tomaron parte más de 100 empresas búlgaras y austríacas. Las cifras son más que categóricas: el intercambio de mercancías entre los dos países supera los mil millones de euros, y las inversiones austríacas en este país suman 6 mil millones de euros, con lo cual Austria se sitúa entre los mayores inversores extranjeros en Bulgaria, si dejamos de lado la inversión rusa de Lukoil.

Según Christoph Matznetter, vicepresidente de la Cámara de Comercio austríaca, los búlgaros valoran la experiencia de la economía austríaca en los países de Europa Central y del Este.

“Estamos construyendo y modernizando la infraestructura de transporte en Bulgaria como parte de la infraestructura europea. Nos quedan por realizar proyectos complejos y muy difíciles de ejecutar como, por ejemplo, el túnel de 15 kilómetros de la Autopista Struma. Construiremos el túnel de Shipka, (gran obra que tiene que unir el norte y el sur de Bulgaria por debajo de la cordillera de los Balcanes), así como túneles y puentes ferroviarios. Las compañías austríacas en Bulgaria son líderes mundiales y contaremos con su cooperación y con su interés hacia las próximas licitaciones públicas para la adjudicación de obras financiadas con fondos europeos”.

Bulgaria y Austria son socios en el megaproyecto South Stream. Después de las conversaciones que mantuvieron los presidentes de los dos países, fue anunciado que Sofía y Viena apoyan firmemente la construcción del gasoducto, a condición de que sean acatadas estrictamente las reglas europeas. 

Heinz Fischer subrayó que la decisión sobre el proyecto South Stream está en las manos de la nueva Comisión Europea que lleva las negociaciones con la compañía rusa Gazprom de cara a la imposición de un Tercer paquete energético. Se trata de separar la producción y el suministro de gas natural de la explotación de la red de suministros. Durante su vista en Sofía, Heinz Fischer se dirigió indirectamente a Bruselas.

“El gasoducto South Stream pasa por el territorio de países miembros de la UE y de la OTAN. Esperamos que la UE evalúe este proyecto de forma razonable, veraz y objetiva. Tal y como existe la necesidad del Gasoducto europeo del Norte (Nord Stream), es imprescindible también el South Stream para diversificar los suministros de energía a Europa. Este gasoducto será construido por empresas europeas. En cuanto todos los requisitos de la legislación europea estén cumplidos, no veo razón para que el Nord Stream exista, y que la construcción sea obstaculizada del South Stream”. 

A pesar de los buenos índices de la cooperación económica entre Bulgaria y Austria, los inversores austríacos sufren, desde hace tiempo, por la falta de seguridad jurídica en Bulgaria. La inestabilidad política de los últimos dos años también repercutió de forma adversa en el clima empresarial del país. En este sentido, el presidente Rosen Plevneliev señaló de forma autocrítica: “Está más que claro que las instituciones búlgaras no son perfectas, tenemos que mejorar su funcionamiento. Si los políticos logran aunarse, conseguiremos un nivel más alto de estabilidad política e institucional. Bulgaria tiene potencial para absorber muchas más inversiones y lograr un crecimiento económico mucho más fuerte. No somos perfectos, pero tenemos un potencial enorme”.

Versión en español por Vesela Petrova