Ha trascendido, en base a valoraciones hechas por la Comisión Parlamentaria para los búlgaros residentes en el extranjero, que actualmente por lo menos 200 mil macedonios pretenden adquirir la nacionalidad búlgara. Este hecho ha traído la necesidad de precisar los trámites con vistas a reconocer el origen búlgaro de nuestros compatriotas de las diásporas históricas en el extranjero. El problema relacionado con este reconocimiento persiste desde hace mucho tiempo y su solución ya no admite dilación.

Por ley, los certificados de origen forman parte de los documentos básicos para el otorgamiento de nacionalidad búlgara. Debido a irregularidades en su expedición por la Agencia Estatal para los búlgaros residentes en el extranjero, el Consejo para la Nacionalidad, adscrito al Ministerio de Justicia se encuentran en relaciones tensas con la citada agencia y prácticamente congela los trámites para la concesión de nacionalidad acompañados por certificados de origen, si los remitentes interesados no acompañan a éstos con pruebas. La Agencia acusa al Consejo de no reconocer actos administrativos suyos de ella, mientras que éste alega, en defensa propia, una inspección hecha por la Fiscalía desde comienzos de 2014. Según la inspección la Agencia ha extendido, en violación de la ley, certificados de origen búlgaro en base a documentos que no recogen datos de que en la estirpe de la persona concreta ha habido al menos un búlgaro en línea ascendente, sea padre, madre, abuelo o abuela.

La solución del problema no admite dilación porque no se trata únicamente de un conflicto entre instituciones del Estado. Es un secreto a voces que una buena parte de las solicitudes de obtención de un pasaporte búlgaro obedecen extraordinariamente al interés de poder emigrar así a otros países de la UE. Al ser esto así, ¿ cómo podrá Bulgaria pretender que frena, por un lado, la presión migratoria del Oriente Medio hacia Europa Occidental , y, por el otro, facilitar tal presión procedente de otras regiones al emitir documentos que discrepan de su propia legislación? Los migrantes procedentes del Oriente Medio que vía Bulgaria se dirigen a la UE suman miles o decenas de miles, mientras que los candidatos potenciales de países con diásporas búlgaras suman centenares de miles. Es que las solicitudes de concesión de nacionalidad búlgara llegan a Bulgaria no sólo de Macedonia sino también procedentes de Albania, Ucrania, Kosovo, Moldavia, Serbia, Turquía y hasta de Argentina.

La concesión en plena libertad de nacionalidad búlgara genera no sólo dificultades por la migración rumbo a la UE, sino también problemas con los países de origen. Si es verdad que 200 mil macedonios aspiran a tener nacionalidad búlgara, Bulgaria al concedérsela naturalizaría a casi una décima parte de la población de la vecina Macedonia, país con el cual pretende, desde hace ya años, suscribir un Tratado de Buena Vecindad.

La concesión a la ligera de nacionalidad búlgara generaría, asimismo, problemas meramente internos .¿Cómo un país que asegura estar deficitario de recursos para acoger a varios miles de inmigrantes del Oriente Medio o de África, conseguirá dinero para acoger a centenares de miles de personas de sus minorías étnicas en el extranjero, algunas de las cuales tienen un número bastante impresionante. Durante los dramáticos sucesos en el conflicto militar en Ucrania, país en que según algunas apreciaciones residen más de 300 mil búlgaros étnicos, se vio que prácticamente no existía la posibilidad de que Bulgaria acogiera y acomodara a tantas personas.

Se espera que en los próximos días el ministro de Justicia comparezca ante la Comisión Parlamentaria para los búlgaros residentes en el extranjero para que se examinen medidas al respecto. El ministro había prometido ofrecer a esta comisión un informe sobre el caso ya en mayo pasado pero esto no ocurrió por una serie de razones. Si tampoco lo hace ahora la Comisión procurará buscar una solución a través de cambios en la Ley para los búlgaros residentes en el extranjero. Los diputados se encuentran propensos a hacer de manera que los certificados de origen se expidan asimismo sobre la base de declaración certificada ante notario y que recoja circunstancias que demuestren las raíces búlgaras de los solicitantes y que la verificación de su veracidad fuera de la incumbencia de la Agencia para los búlgaros residentes en el extranjero. Así la tirantez actual entre las instituciones del Estado en vez de quedar eliminada, se ahondaría.

Mientras, las expectativas públicas se decantan por decisiones que respeten el interés nacional , no obedezcan a consideraciones políticas o nacionalistas coyunturales , descarten prácticas ilegales, consideren las posibilidades efectivas del país y que estén acordes con las normas internacionales.

Versión en español por Mijail Mijailov