Últimamente en los medios de comunicación con frecuencia se habla del autismo. Se afirma que los pequeños autistas son geniales en algunos ámbitos pero en Bulgaria con frecuencia a los niños con tales problemas ni se les diagnostica correctamente. No hay una estadística exacta del número de los niños que fueron diagnosticados como autistas en un año, y ninguna institución se ocupa de ello. Según datos no oficiales, en Bulgaria uno de cada 80 niños padece autismo y cuatro de cada cinco diagnosticados son varones.
En realidad estos niños son muchos y a primera vista no se distinguen en nada de sus coetáneos. Los problemas con el entorno y la comunicación se hacen visibles cuando este niño acude al jardín infantil o a la escuela. El medio allí no está preparado para los niños con autismo. Los problemas en la comunicación de los menores con autismo son el mayor reto y peso para sus familias. El objetivo principal en el cuidado de este tipo de niños es crear una personalidad independiente y funcional que desarrolle sus dotes y potencial en la mejor medida posible.
Vladimir tenía unos tres años de edad cuando su madre se dio cuenta de que tal vez algo con su hijo no estaba bien. Ella notó que Vladimir no hablaba y no reaccionaba cuando cerca de él había otros niños. Durante horas se concentraba en objetos que no eran juguetes. En los jardines infantiles no hay lugar para niños como Vladi a pesar de que, según la ley, estos niños tienen derecho a estos cuidados. Por lo general cuando en la familia hay un niño que padece autismo uno de los padres se ve obligado a quedase en casa para poder cuidar de él. El problema radica en el hecho de que en Bulgaria no hay una institución que se ocupe de los autistas. En algunos lugares hay centros diurnos pero por todos ellos hay que pagar. Faltan, además, especialistas bien preparados para trabajar con estos niños. A pesar de que el número de los niños con autismo va en aumento, en los últimos años estos compatriotas nuestros permanecen invisibles para la sociedad.
Desde hace poco tiempo la Cruz Roja en Sofía trabaja sobre un proyecto en ayuda a los niños con autismo en la gran ciudad. Todos los participantes en él están convencidos de que los autistas pueden ser integrados completamente, siempre y cuando se les trate con cuidado y atención.
“La causa principal radica en la falta de entendimiento de que estos niños son como todos los demás, tienen cualidades y dotes y pueden ser útiles para sí y para el resto de la sociedad”, explica Nivelina Stoyneva, directora del proyecto “Amigos de niños y adolescentes con problemas del espectro del autismo”, que diseñó la organización capitalina de la Cruz Roja Búlgara.
“El proyecto que comenzó hace un año ya está terminando. Una de las actividades en él está orientada hacia la sociedad. Por un lado informamos a las personas de qué es el autismo y, por otro, tratamos de provocar empatía y entendimiento hacia estos niños. El estado es específico y habitualmente no lo pueden entender personas que nunca entraron en contacto con autistas. No en último lugar, crean problemas las complicadas condiciones de la vida diaria en que deben vivir e integrarse estas personas. El objetivo del proyecto es romper los estereotipos que se han afirmado en nuestra conciencia. En esta dirección nos ayudan 35 voluntarios jóvenes de la Cruz Roja de Bulgaria. Su participación es inapreciable, ya que no están abrumados por estereotipos y comunican con los niños sin reservas. El grupo con que trabajamos incluye personas de 10 a 25 años de edad. Ellos viven en un círculo cerrado entre el centro de rehabilitación, la escuela y la casa. En todas partes, sin embargo, ellos están solos. En esta dirección están encaminados los esfuerzos para cambiar algo. Los voluntarios de la Cruz Roja entran en los centros de rehabilitación social y ayudan a los especialistas. Con frecuencia organizamos talles artísticos para los menores para que puedan sentir la atención y el cuidado que tanto necesitan. Notamos que esto da bien resultado en su desarrollo. Tratamos de unir los esfuerzos del mayor número posible de departamentos del sector estatal y no gubernamental que tienen experiencia en el trabajo con niños y adolescentes afectados por autismo”, agrega Nivelina Stoyneva.
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